Manuel Jesús El Cid y Sebastián Castella consiguieron cada uno un trofeo en la cuarta de Valladolid, entre tanto Enrique Ponce dio una vuelta al ruedo.

El Cid consiguió lo más destacado del festejo. Con el bravo segundo, que hizo una pelea espectacular en varas, derribando, realizó una faena a más, con buenos muletazos por ambos pitones. Con el quinto, que se acabó pronto, el saltereño apostó por una faena encimista, sin que trascendiera con fuerza a los tendidos.

Sebastián Castella realizó una faena desigual al tercero, un toro muy encastado, que se vino muy arriba conforme avanzaba la lidia. Labor estimable, pero sin redondear. Mató de un infame bajonazo. El diestro francés derrochó ganas ante el toro que cerró plaza. Comenzó con un pase cambiado y una buena serie por el derecho, pero luego la faena descendió en intensidad, al perder el toro gas.

Enrique Ponce, con el toro que abrió plaza, muy noble, no estuvo a gusto, echándolo en exceso hacia fuera y sin terminar de acoplarse. Mató mal: pinchazo, metisaca en los bajos y media estocada. El cuarto bis, un sobrero de Los Bayones, hizo cosas feas de salida en una lidia que fue un gran desconcierto. En la muleta fue bueno y humilló. Ponce estuvo bien con el toro en una faena larga, aunque resultando mejor la primera parte, más ligada y reunida; una labor que no culminó acertadamente con la espada.