Cultura

Comedia de duelos

Comedia dramática, EEUU, 2014, 103 min. Dirección: Shawn Levy. Guión: Jonathan Tropper. Fotografía: Ferry Stacey. Música: Michael Giacchino. Intérpretes: Jason Bateman, Tina Fey, Adam Driver, Rose Byrne, Corey Stoll, Kathryn Hahn, Connie Britton, Timothy Olyphant, Dax Shepard, Jane Fonda, Ben Schwartz. Cines: Vialia, Plaza Mayor, El Ingenio.

Ahí os quedáis pertenece a un género, el de la feel-good-movie de talante liberal, que conoció en décadas pasadas (de Beautiful girls a La joya de la familia) un cierto auge en su fórmula de familia numerosa de provincias y burguesa venida a menos encerrada bajo un mismo techo a propósito de alguna celebración o ritual obligado.

Un género de identificaciones amplias y fáciles en su formato coral, algo excéntrico y limítrofe entre la comedia y el drama en el que se ponen en juego asuntos para todos los públicos: rencillas entre padres e hijos o entre hermanos, vidas fracasadas o en plena crisis, regresos a la ciudad de la infancia y necesidad de catarsis para un nuevo impulso vital.

El guión de Jonathan Tropper basado en su propia novela condensa todos estos elementos en la semana que han de pasar juntos unos hermanos de origen judío junto a su madre (Jane Fonda, pura cirugía) para velar según el ritual al padre recién fallecido. El todoterreno Levy, que lo mismo te hace estas cosas que un blockbuster (Noche en el museo, Acero puro), cumple con el libreto con una cierta tendencia al desmadre y la hipérbole, al menos en la primera parte, aunque a la postre se ponga sentimental en su intento de no separarse demasiado de un tono en el que cualquier espectador pueda reconocerse y emocionarse fácilmente.

Se agradece, decíamos, una cierta distancia irónica sobre los personajes y sus problemas de manual (la separación, la inmadurez, la paternidad, el amor que se resiste, la aceptación de lo diferente…), aunque no siempre se haga en la justa medida y a su justo tiempo, evidenciando los mecanismos y ases en la manga de un guión que busca antes los efectos empáticos que la coherencia.

Jason Bateman y Tina Fey siguen funcionando bien en estos registros intermedios y con Adam Drive puede decirse ya que está naciendo una nueva y arrolladora estrella post-indie.

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