Cultura

Demasiado para el ojo

Animación, EEUU, 2012, 82 min. Dirección: Genndy Tartakovsky. Guion: David I. Stern, Dan y Kevin Hageman. Música: Mark Mothersbaugh. Con las voces en la versión doblada al castellano de: Santiago Segura, Mario Vaquerizo, Alaska. Cines: Málaga Nostrum, Vialia, Rosaleda, Plaza Mayor, La Verónica, Al Andalus, Alfil, Miramar, La Cañada, Gran Marbella, Plaza del Mar, Rincón de la Victoria, Ronda, El Ingenio.

Estrenada oportunamente en fechas de Halloween y promocionada hasta la saciedad por los protagonistas estelares de su poco afortunado doblaje español, Santiago Segura Alaska y Mario Vaquerizo, Hotel Transilvania prolonga el catálogo digital de Sony Pictures Animation (Lluvia de albóndigas, Los pitufos, ¡Piratas!) con una nueva remezcla de tradiciones, personajes, géneros clásicos y fábulas con moraleja al servicio de una estética del exceso iconoclasta no apta para miradas lentas ni estómagos infantiles delicados.

La cinta que firma Genndy Tartakovsky presenta una galería de monstruos y freaks de pixel viscoso y purulento para lanzarse a una desenfrenada e ingrávida historia de amores paternales asfixiantes y moraleja romántico-tolerante hacia el otro (aquí un humano infiltrado en territorio mítico-caricaturesco) impulsada por una idea del ritmo, digamos, algo pasada de revoluciones, y un festivo sentido de la animación que parece ir siempre al rebufo, sin respiro, detrás de la elasticidad de las imágenes y los gags más salvajes.

Dráculas, murciélagos, frankensteins, momias, esqueletos, zombis, zorros con acento andaluz (sic) y otros bichos de pesadilla de todo pelaje, tamaño, materia y condición se dan cita en este animado hotel gótico en el que no faltan ni pasadizos secretos ni sesiones de DJ para hacer bailar a la muchachada, eso sí, siempre bajo la atenta mirada vigilante de un padre un pelín rancio y autoritario.

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