Cómics

Dimensión cósmica

  • Panini recupera 'La guerra Kree-Skrull' en un grueso tomo dentro del formato Omnigold: un trozo irrepetible de la historia de Marvel.

MARVEL GOLD. LOS VENGADORES: LA GUERRA KREE-SKRULL. VV. AA. Panini. 656 páginas. 39,95 euros.

Los Vengadores debutaron en el verano de 1963, en pleno proceso de creación del universo Marvel y como respuesta al éxito cosechado en DC por la Liga de la Justicia de América. Para replicar el supergrupo de la competencia, Stan Lee y Jack Kirby sentaron a una misma mesa a un puñado de héroes de reciente cuño: Thor, Iron Man, Hulk, el Hombre Hormiga y la Avispa, todos ellos unidos contra la amenaza del pérfido Loki. Muy pronto, fiel a su naturaleza de monstruo inestable, Hulk abandonaría la formación y su puesto sería ocupado por el que fuera el gran icono de la compañía durante la década de 1940, el Capitán América. Sucedió en el número 4 de The Avengers (1964), y, un año más tarde, en el número 16, Lee y Kirby firmaron otro punto de inflexión: los miembros fundadores se retiraron y dejaron paso a tres antihéroes (Ojo de Halcón, la Bruja Escarlata, Mercurio), tutelados por el Capitán América. Los cambios en la escuadra han sido una constante desde entonces.

Kirby abandonó enseguida la colección, y Stan Lee tampoco duraría mucho más. El número 36 (1967) estaba ya firmado por Roy Thomas (que ayudó a Lee en el 35) y Don Heck (cuya vinculación con la serie comenzó mucho antes, en el número 9). Durante sus primeros años, The Avengers careció de un rumbo definido, de un sabor propio, como sí tenían las series de mayor éxito artístico de aquella Marvel, las protagonizadas por Los 4 Fantásticos, Spiderman, Thor o el Dr. Extraño. Todo esto cambió gracias al trabajo de Thomas, enriquecido por la llegada de John Buscema al tablero de dibujo a partir del número 41 (1967). Thomas y Buscema dotaron a Los Vengadores de interés y dinamismo, alumbrando multitud de nuevos héroes y villanos y ofreciendo giros argumentales inesperados, en una auténtica montaña rusa de acción y emociones. Toda esta labor llegó a su clímax con La guerra Kree-Skrull (1971-1972), ya casi sin dibujos de Buscema, al que sustituyeron artistas como su hermano Sal y el muy influyente Neal Adams. La batalla entre las dos razas alienígenas que dan título al conflicto señala el principio de la preponderancia de los Vengadores en el tejido narrativo de la Marvel de los 70, un lugar de privilegio que sería mantenido por el escritor Steve Englehart (sustituto de Thomas) y equipos posteriores como los formados por Jim Shooter y George Pérez. Solo el éxito arrollador de los mutantes, a finales de la década, lograría relegar a los Vengadores a un segundo plano. Con todo, la huella de Thomas puede rastrearse en las mejores etapas del supergrupo de los 80 y 90, las de guionistas como Roger Stern y Kurt Busiek.

Panini ha editado La guerra Kree-Skrull en diversas ocasiones, y ahora lo hace dentro del formato Omnigold, en un grueso tomo que abarca desde el número 89 hasta el 115 de The Avengers (1971-73), o sea, superando tan influyente arco para llegar al final de la era Thomas y, más allá, al comienzo de la era Englehart. Se incluyen, cómo no, numerosos extras, que contextualizan y valoran este trozo irrepetible de la historia de Marvel.

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