Cómics

Dinamita mental

  • Divertidísimo entretenimiento, 'Los Invisibles' desafía toda clasificación y constituye una de las lecturas más estimulantes del catálogo de Vertigo.

LOS INVISIBLES: CONTAR HASTA LA NADA. Grant Morrison, Phil Jiménez y otros. ECC. 240 páginas. 23 euros.

Cuando Grant Morrison dio el salto al mercado estadounidense a finales de los 80, pocos podían sospechar que acabaría convirtiéndose en uno de los guionistas más importantes del mainstream, una especie de gurú de los superhéroes en el siglo XXI.

Animal Man y Doom Patrol, sus dos primeras series en DC, son experimentos metalingüísticos que permanecen como joyitas de la nueva forma de entender el cómic inaugurada unos años antes por los Chaykin, Moore, Miller y compañía (sin olvidar al muy adelantado Steve Gerber). Siguieron más y más tebeos, delirantes y deliciosos hasta que, en 1994 y tras una especie de epifanía, dio a imprenta la que tal vez funcione como cúspide artística en el cómputo general de su bibliografía: Los Invisibles. Mezcla psicodélica de ciencia ficción y superhéroes, comentario contracultural al borde del milenio, sigilo mágico, compendio de obsesiones personales y, sobre todo, divertidísimo entretenimiento, Los Invisibles desafía toda clasificación y constituye una de las lecturas más estimulantes del catálogo de Vertigo. (Si me permiten la digresión, uno no puede sino asombrarse cuando ve los títulos que ofrecía el prestigioso sello de DC en aquellos años: Hellblazer, Sandman, Sandman Mystery Theatre, Shade, the Changing Man, junto con miniseries y novelas gráficas de una calidad impensable hoy día.) Acompañado de distintos dibujantes, Morrison narra en Los Invisibles la guerra entre la organización clandestina del mismo nombre y las deidades alienígenas que, a la manera de Philip K. Dick, han sometido a la humanidad sin que esta lo sepa.

El conjunto de la serie se divide en tres volúmenes, de 25, 22 y 12 episodios respectivamente, publicados entre septiembre de 1994 y junio de 2000. Ha conocido distintas ediciones en nuestro idioma, y actualmente está siendo reeditada por ECC en siete coquetos y manejables tomos en cartoné, de los que ya han visto la luz cinco. El último de estos cinco se titula Contar hasta la nada, y ofrece los números 5 a 13 del volumen 2, más la historieta corta del primer especial Vertigo Winter's Edge. La mayoría del arco está dibujado por Phil Jiménez, a quien acompañan brevemente Michael Lark y Philip Bond, además de un puñado de entintadores.

Mientras escribía Los Invisibles, Morrison se integró también en el movimiento de renovación del género superheroico de mediados de los 90, liderado por Kurt Busiek y Mark Waid (y al que no tardó en sumarse Alan Moore con su Supreme). Dicho en pocas palabras, el género llevaba una década deconstruyendo a los héroes y empapándolos de oscuridad. Títulos como Marvels, Astro City o Kingdom Come defendieron la vuelta a ideales más sencillos y luminosos. En esta hebra se sitúa la JLA de Morrison, que comenzó su andadura en 1997 y se prolongó hasta el año 2000. ECC también está recuperando en tomos esta maravilla, de temática más convencional, pero igualmente atractiva y sofisticada. El tercer tomo, recién llegado a librerías, contiene los números 18 a 31. Son pura dinamita.

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