Contra viento y marea, imitando al Guadiana en su manía de desaparecer un año y volver al siguiente, el Festival de Jazz de Málaga celebrará el próximo mes de noviembre su edición número 39, lo que delata una estimable veteranía para un certamen que, en realidad, vistió de largo su primer cartel hace ya algo más de cuatro décadas. Pero la oferta reunida para la ocasión reviste un interés especial: si bien la mayor parte de la programación de los Teatros Cervantes y Echegaray llevan ya meses cerrada, es en el próximo Festival de Jazz donde podrá notarse por vez primera, aun parcialmente, la mano de Juan Antonio Vigar como nuevo director de los escenarios municipales, una cuestión interesante dado que el mismo Vigar (responsable a su vez del Festival de Cine Español) advirtió de que su función trascendería las tareas asignadas a la mera gerencia para abordar criterios artísticos. Por eso, no deja de resultar significativo que el primer reclamo internacional anunciado para el ciclo lleve el nombre de Esperanza Spalding, joven cantante y bajista (nacida en Portland en 1984) que ha facturado en su breve trayectoria una sonora revolución donde caben el blues, el funk, el hip-hop, el pop y diversos géneros brasileños y afrocubanos. Spalding, que ha colaborado con maestros como Joe Lovano, Patti Austin, Michel Camilo, Charlie Haden, Regina Carter, Pat Metheny y Dave Samuels entre otros, presentará el 13 de noviembre en el Teatro Cervantes su último proyecto, Emily's D+Evolution, acompañada en escena por la guitarrista y vocalista Emily Elbert, el guitarrista Matt Stevens, el teclista Corey King y el batería Justin Tyson.

Según apuntaron ayer fuentes del mismo Teatro Cervantes, el proyecto Emily's D+Evolution amplía el concepto de actuación sobre el escenario y con él Esperanza Spalding retoma el interés que tenía desde que era niña por el teatro, la poesía y el movimiento. La artista, que concibió Emily's D+Evolution el día después de su cumpleaños durante "una noche de insomnio con luna llena y mucha inspiración", lo describe "como una serie de viñetas musicales que se despliegan en vivo" y que se escenifican con apoyo audiovisual y la interpretación y los movimientos de los músicos. Lo cierto es que ver a la propia Spalding en acción armada con su contrabajo constituye ya de por sí un espectáculo; pero, más aún, la propuesta permitirá al aficionado malagueño conocer de primera mano por dónde van los tiros en lo que se refiere al jazz del siglo XXI, el que más futuro destila desde el presente.

Spalding editó en 2006 su primer álbum como líder, Junjo, al que siguió en 2008 un segundo disco titulado simplemente Esperanza. Tanto éste como su tercer trabajo, Chamber Music Society (2010), que incluía las colaboraciones vocales de Milton Nascimento y Gretchen Parlato, encabezaron las listas de jazz de Billboard. En 2011 ganó el primer Grammy al artista revelación concedido a una músico de jazz. Ahora, se trata de que la revelación cunda en Málaga y de que Spalding sea el primer episodio de una nueva historia.

Ernesto Aurignac y otras claves del paisaje local

Dentro del adelanto anunciado ayer, fuentes del Teatro Cervantes apuntaban que el próximo Festival de Jazz contará en su programa con una nutrida representación de la escena malagueña, un as que en realidad se ha convertido ya en materia habitual dentro del certamen. Tal y como ya publicó Málaga Hoy, una de las propuestas más interesantes en este sentido será la que protagonice Ernesto Aurignac también en el_Cervantes el 10 de noviembre para la presentación de su segundo disco, Anunnakis, compuesto para quinteto y grabado con esta formación. Aurignac ya presentó en el_Cervantes el año pasado también en el festival su primer disco, Uno, en una noche marca big band que sonó histórica y que, seguro, tendrá reválida.