Conseguida la denominación como Patrimonio Mundial para los Dólmenes, toca ahora asumir los compromisos esgrimidos ante la Unesco para que dicha distinción haya sido otorgada, y no son pocos. La próxima visita de los técnicos de Icomos ya está fijada para 2019, y para entonces tendrán que existir pruebas de que se están acometiendo de forma adecuada todos esos compromisos, entre los que se encuentra el simular el impacto del polígono industrial entre el complejo megalítico y la Peña de los Enamorados, para lo que se anunció un plan de reforestación de la zona por parte de la Diputación Provincial de Málaga.

A ello se une la puesta en marcha del Centro de Interpretación del Sitio de los Dólmenes de Antequera, que en la actualidad es un edificio a medio construir y sin utilidad ninguna, del que debe ser eliminada una planta, teniendo que ser acondicionado como museo del complejo y centro de recepción, un proyecto que también fue incluido en los presupuestos de la Junta de Andalucía. Por su parte el Ayuntamiento tiene que asumir la redacción de un plan especial de protección del sitio, también comprometido.

Con todos los anuncios realizados, ahora queda dar el paso definitivo, la puesta en marcha de los mismos, para lo que las administraciones que el sábado seguían escenificando unidad en Estambul, pero que ya mostraban división a la hora de la celebración en Antequera, tendrán que seguir colaborando entre ellas. "¿Será posible?", era el interrogante que algunos comenzaron a plantear el propio sábado mientras se esperaba la decisión final. Además, se reconoce que durante este tiempo se ha sido prudente a la espera de la resolución final y se decidió optar por no arremeter contra la situación del complejo megalítico. El primero en romper este silencio para llamar la atención sobre las carencias del complejo ha sido el portavoz de IU en el Ayuntamiento de Antequera, Fran Matas, que recordó que el centro no tiene cubierta su Relación de Puestos de Trabajo (RPT), lo que provoca carencias en distintos aspectos tan importantes como la seguridad.

Matas, incidió en el hecho de que el complejo no cuente con vigilantes de seguridad, lo que supone la ausencia de controles sobre los monumentos que ahora son ya Patrimonio Mundial. Un hecho que provoca, con relativa frecuencia, que se puedan ver personas subidas encima de los propios monumentos. Por otra parte, también reclamó una conexión de transporte público "de calidad" entre el propio complejo y el centro, lo que supondría mejorar notablemente la integración del complejo en el recorrido turístico de la ciudad.