Por aquello de que no se sabe el día ni la hora, Felipe Benítez Reyes (Rota, Cádiz, 1960) venía considerando en los últimos años "la oportunidad de ordenar mis libros, de clarificar todo el material que he escrito", a la vez que, según confesó ayer en Málaga, "cada vez escribo menos y teorizo menos sobre lo que escribo, justo al contrario de cuando era joven". Un resultado evidente de esta convicción se encuentra en dos libros de reciente publicación en los que de alguna manera se selecciona y renueva parte de la obra de este poeta y narrador: la antología Libros de poemas y otros poemas: 1978-2008 (Visor) y la colección de relatos (que supone la obra completa de Benítez Reyes en este género) Oficios estelares (Destino). Ayer presentó ambos en el marco de la Feria del Libro de la capital, secundado por Antonio Jiménez Millán y José Antonio Garriga Vela.

Con respecto a la poesía, el ganador del Premio Nadal de novela por Mercado de espejismos explicó que en el momento de la escritura "el poema está siempre ligado al presente; sin embargo, ahora, al recuperarlos, puedo tener gracias a mis versos una idea de mí mismo respecto al pasado. Inevitablemente, hay una circunstancia testimonial en toda escritura, también en la poética". Tras una breve lectura en la que alternó poemas de sus primeros libros con otros del último, La misma luna, Benítez Reyes (que ya reunió varios de sus poemarios en el volumen Trama de niebla, publicado por Tusquets en 2003), señaló igualmente que la poesía constituye "una manera de pensar, una forma de conocimiento, ya que tiene la facultad de ordenar emociones e ideas; además, tiene la capacidad de hacernos razonar ante nosotros mismos".

En cuanto a Oficios estelares, el gaditano afirmó que la escritura del relato "puede ser vocacional o circunstancial, pero, en cualquier caso, muchas de las grandes obras de la literatura de todos los tiempos se han escrito en el molde que ofrece". Apuntó que poesía y relato comparten "la intensidad como elemento común y necesario", mientras que achacó a la novela "el obligado establecimiento de tiempos muertos para garantizar la fluidez". Igualmente, proclamó una encendida defensa del cuento frente a quienes lo consideran una novela truncada: "El relato representa un género específico que admite múltiples variantes; en realidad, tantas como autores haya".

Además de Benítez Reyes, la Feria del Libro acogió ayer a Alicia Jiménez Barlet, que presentó su última novela, El silencio de los claustros, presentada por Andrés Reina.