Fran Perea, que compatibiliza las facetas de actor y empresario en la obra teatral La estupidez, del argentino Rafael Spregelburd, destacó ayer la necesidad de que la cultura "forme parte del discurso de este país", porque desde hace muchos años "no es un elemento de primera necesidad". Perea dio el paso de ser empresario por "la inquietud de tener un lugar desde el que poder contar cosas", afirmó ayer el intérprete, que presentará La estupidez mañana y el viernes en el Teatro Cervantes de Málaga y el sábado en el Teatro Ciudad de Marbella.

"Esta profesión nuestra de actores nos permite decir cosas que en otros lugares no podríamos decir, y estudiar o profundizar en un tema que no podrías si te dedicas a otras cosas", añadió. Así han puesto en pie, "poco a poco", la compañía Feelgood Teatro por "la necesidad de contar cosas y de buscar el propio espacio", y en este proceso hubo un momento en el que había que "darle un sentido empresarial". "Nadie nos habría llamado para hacer esta función, porque no hay muchos productores en España que se metan a hacer 'La estupidez', y cuando llamamos al autor para pedirle los derechos nos preguntó si estábamos seguros de que queríamos hacer la obra", admitió Perea. El malagueño considera que, desde que estudió teatro y empezó a trabajar, todo lo que ha hecho "ha ido sumando y alimentando", y lo que queda es "un tipo que adora lo que hace y que tiene un compromiso alto con lo que hace. Al final, lo que queda es la gente que has conocido y las vivencias que has tenido con esas personas", subrayó el actor.