Cultura

Historia de un hombre sencillo

No es del todo -todavía- el caso de Kipps (1905), gráficamente subtitulada The Story of a Simple Soul, que el responsable de esta edición, Miguel Ángel Pérez, describe como una de las novelas parcialmente autobiográficas de la segunda etapa de Wells. Del mismo modo que su ingenuo protagonista, el autor había trabajado como aprendiz en una tienda de tejidos, por lo que puede afirmarse con toda propiedad que conocía bien el paño. Pero la inequívoca intención del narrador -él mismo la expresa con demasiada frecuencia- a la hora de contar la historia de un muchacho sin recursos al que le cambia la vida después de recibir una herencia, aparece enriquecida por un componente cómico que es el que otorga su mejor perfil a la novela. Wells se burla a veces de su personaje, pero lo hace de un modo compasivo y en el marco de un relato de tono amable, dickensiano, que comprende la perplejidad del desclasado y tampoco se muestra absolutamente implacable con la hipocresía de su nuevo entorno. Novela de ideas, en efecto, pero en la que el pensador aún no había absorbido al novelista.

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