La muerte de Philip Seymour Hoffman este domingo en Nueva York ha dejado huérfano a Hollywood de uno de sus miembros más brillantes, tal y como reconocen actores de la talla de Robert De Niro o George Clooney, con los que trabajó. "Estoy muy, muy triste por la muerte de Phil", dijo el habitualmente reservado De Niro, que coincidió con Hoffman en Nadie es perfecto (1999), de Joel Schumacher, el primer papel protagonista del actor y una de sus actuaciones más brillantes y menos reconocidas, dando vida a una drag queen que da clases de canto. "Era un actor maravilloso. Este es uno de esos momentos en el que dices: 'Esto no debería haber pasado'. Eran tan joven, tenía tanto talento y tanta vida por delante. Mi familia y yo mandamos nuestras condolencias más profundas a sus seres queridos", añadió De Niro.

Clooney, que contó con Hoffman en su thriller político Los idus de marzo, apuntó sucintamente: "No hay palabras. Es simplemente terrible". El cineasta neoyorquino Spike Lee dijo que fue "una revelación" y "una bendición" tener a Hoffman en el reparto de su drama La última noche, un drama con el trasfondo del 11-S, donde aparecían también Edward Norton y Rosario Dawson. "He hablado con ellos esta mañana y estamos todos en 'shock'. Echaremos de menos el talento que Dios le dio. Nuestras oraciones están con su familia", apuntó. El Sindicato de Actores de EEUU calificó a Hoffman de "actor extraordinario con registros tremendos", mientras que Anton Corbijn, el director de A Most Wanted Man, comentó que se trataba de un intérprete "completamente inspirador".