Cultura

Imágenes de la retina al verso

  • Juan Antonio Bermúdez publica 'Sesión continua en el Salon Indien', un poemario cinéfilo en el que dialoga con las películas que le han marcado

El poeta cinéfilo Juan Antonio Bermúdez ha dedicado su último poemario, Sesión continua en el Salon Indien (De la Luna Libros), a "dialogar con algunas de las películas que siempre me han acompañado". "Es un libro de homenajes, en cierto modo, pero también una reflexión sobre el cine mismo, sobre sus rituales y sus límites; no me considero mitómano; no me interesa la cinefilia si se entiende como una mitomanía; me interesa la película como texto y el cine como experiencia social", dice el autor, que es también vicepresidente de la Asociación de Escritores de Cine de Andalucía (Asecan).

A modo de conclusión, Bermúdez cierra su libro con "un poema extenso que propone un repaso por una posible historia del cine sin mayúsculas, más atenta a los detalles del ritual que al brillo de sus estrellas". "El director japonés Yatsujiro Ozu decía que lo que más le atraía de las películas era su aspecto transitorio, evanescente, y a mí me pasa igual; me fascina del cine su inestabilidad, es un arte precario por naturaleza, apenas existe desde un punto de vista material, sólo sucede en el instante, ante nuestros ojos".

Bermúdez, que en la actualidad prepara un doctorado en la Universidad de Sevilla sobre las relaciones entre poesía y contracultura, asegura que el cine es "el arte más humano, el más parecido a la propia experiencia vital". Las películas que más le gustan, dice, "son las que nos recuerdan eso, lo poco que somos, nuestra fragilidad, nuestra caducidad". "Algunos llevan dando por muerto al cine muchos años, décadas, pero olvidan que es mucho más que un formato o una tecnología. Es un concepto más amplio que implica compartir miradas, juntarse para mirar; integra unos precedentes, una tradición, desde el teatro de sombras, pero también unos descendientes que incluyen cualquier manera contemporánea de mirar imágenes juntos", añade.

El momento favorito de la historia del cine para Bermúdez es "la crisis del neorrealismo italiano, en los años 50, cuando directores como Fellini o De Sica desafían a la ortodoxia intelectual neorrealista y cuestionan el mismo concepto de realidad". Aquello, sostiene, "no fue sólo un debate estético, sino también político, ideológico, y por supuesto se da en muchos otros momentos y lugares de la historia del arte, pero ahí ese conflicto se concretó de manera especialmente rica".

La poesía, esa poesía que apunta hacia la verdad "dando un rodeo", como decía Fellini, es "la que compensa a ratos de la barbarie y el vértigo que supone vivir", dice Bermúdez. Para el poeta, "sería deseable que la poesía se desprendiese de algunos tópicos que aún la lastran", como el de "la sinceridad", pues la poesía "no es un registro testimonial por naturaleza", sino que "puede tener vocación documental, ensayística o ficcional, como cualquier otro texto literario". "O el tópico de la sensibilidad -concluye-, que, lo que es peor, se presume congénita e incluso se sigue homologando con la cursilería, y un poeta no tiene por qué ser más sensible que un fontanero o un veterinario".

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