No hace falta ser un lince para advertir que el mayor peso específico de la marca de ciudad cultural que atañe a Málaga descansa en sus equipamientos museísticos. En lo que se refiere a la música, sin embargo, la atención prestada ha sido considerablemente menor. Más allá del doloroso carpetazo al Auditorio, llama la atención, por ejemplo, el hecho de que Málaga no cuente con una sola Escuela Municipal de Música, fórmula habitual en la mayoría de las ciudades y pueblos de España. Ahora, un nuevo proyecto propone convertir el entorno de La Goleta en todo un Barrio de la Música, con un plan de actuaciones que incluiría la habilitación de una escuela municipal de música, un centro de posgrado, un auditorio y un club, entre otros elementos, a través de la recuperación de edificios históricos abandonados o en desuso de la zona. La iniciativa está ya en manos del Ayuntamiento y tiene garantizado el apoyo de la Unesco para su materialización, que se financiaría con fondos europeos.

La documentación del proyecto, a la que ha tenido acceso Málaga Hoy (y que lleva la firma de Sergio García, promotor cultural de amplia actividad en la ciudad), presenta el proyecto como "un instrumento transversal de servicio a la ciudadanía", con dotaciones municipales para la educación musical como motor de integración social que se distribuirían entre dos edificios de La Goleta ya existentes: el primero es la sede de la antigua fábrica Fiat Lux (bien reconocible gracias a su emblemática chimenea), propiedad de Endesa, actualmente en proceso de expropiación municipal y cuya demolición había sido prevista en el Pepri Centro, aunque una alegación presentada por instituciones como el Colegio de Arquitectos y la Fundación Patrimonio Industrial de Andalucía ha logrado por el momento detener el derribo; el segundo es el viejo edificio de la Cooperativa Farmacéutica Andaluza (Cofarán), separado del anterior únicamente por la pequeña calle Purificación y ocupado hoy sólo parcialmente por el IMFE, con algunas aulas y oficinas. El primer inmueble requeriría una reforma integral, aunque el segundo fue rehabilitado recientemente. El objetivo es, por una parte, convertir este enclave en un centro neurálgico para la música a través de la formación y de actuaciones en directo; y, por otra, la intención es hacer de la música un instrumento de integración social y cultural real.

La actuación podría financiarse con las inversiones del Servicio de Programas Europeos

Hablamos de un barrio que, a pesar de su proximidad con el centro neurálgico de la Málaga turística y cultural, sufre desde hace décadas una profunda depresión social a cuenta del aislamiento, la marginación y la falta de servicios. Esta circunstancia convierte precisamente un proyecto como el del Barrio de la Música en prioritario para los intereses de la Unesco, cuya Nueva Agenda Urbana apunta a un "desarrollo urbano sostenible a través del protagonismo esencial de la cultura en la carta de navegación de los gobiernos locales de todo el mundo". Igualmente, el Barrio de la Música permitiría a Málaga acceder a programas de la Unesco como el de la Ciudad del Aprendizaje (con la movilización de recursos para garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad) y el de Ciudad Creativa (que identifica la creatividad como factor estratégico). En cuanto a la financiación, cabe recordar que el Servicio de Programas Europeos que gestiona en Málaga el Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU), y desde el que se puede acceder a inversiones hasta 18,7 millones de euros, incluye entre sus líneas de actuación "operaciones que mejoren el patrimonio cultural e histórico-artístico de la Ciudad Antigua y sus Arrabales, pero de manera preferente el eje urbano que desde El Perchel y la Trinidad hasta Lagunillas a través de Carretería, como forma de impulsar su oferta económica, turística y cultural", así como la creación de "espacios culturales que promuevan las manifestaciones artísticas y creativas locales".

Por ahora, el Barrio de la Música no es más que papel. Pero ofrece mimbres para, al menos, un debate jugoso. Si apetece, claro.