Cultura

Invierno para una cita con Tchaikovsky

  • El martes comienza en el Edgar Neville el ciclo organizado por la OFM

Hasta la temporada pasada, cada año, por estas fechas, comenzaba su andadura el Ciclo de Música Contemporánea, que organizaba la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) y que tenía su principal sede en el Teatro Cánovas. Durante más de dos décadas, los aficionados a los impactos sonoros de la postmodernidad (pocos, pero muy concienzudos) se citaban al abrigo de sus compositores predilectos, ya fuesen Luis de Pablo, Tomás Marco o Arvo Pärt. Pero aquel proyecto único perdió sus apoyos financieros y el panorama musical de enero quedó reducido el año pasado a poco más que un hueco. Ahora, la OFM recupera el espacio con un órdago lanzado en muy distintas orillas estéticas pero no por ello menos interesante: el próximo martes comenzará en el Auditorio Edgar Neville un ciclo especial con motivo de 175 aniversario de Tchaikovsky y consagrado al compositor ruso, a través de cinco conciertos que se prolongarán hasta el día 25 con una cuidada selección de agrupaciones, solistas y directores invitados. En parte, la efeméride se plantea como la excusa perfecta para ahondar en el empeño del director titular de la OFM, Manuel Hernández Silva, en llevar las actividades de la orquesta más allá de la temporada de abono, en el tiempo y en el espacio, y a pesar de la reciente extinción de tan señeros ciclos y festivales. Gracias a Tchaikovsky, además, la OFM refuerza su vínculo con el Auditorio Edgar Neville y continúa ganando públicos en la sección occidental de la urbe.

Integrado en la programación de La Térmica, el nuevo ciclo ofrece así al espectador la posibilidad de una verdadera inmersión en el corpus del músico ruso, con un repertorio que parece especialmente dirigido a desterrar de una vez el arquetipo del Tchaikovsky facilón y de elemental sentimentalidad (alimentado, claro está, por el éxito de sus ballets). La interpretación de las tres últimas sinfonías del genio basta para dar cuenta del modo en que el mismo anticipó, precisamente cuando de manera más evidente afloraron sus complejos, inseguridades y fracasos íntimos en la partitura, lo que en buena parte iba a dar de sí el orbe sinfónico en el siglo XX (incluida, sí, su defenestración). Pero también el resto de piezas a interpretar aportan argumentos de peso a una aproximación necesaria a Tchaikovsky. Lo que no es precisamente poco en estos días.

La Joven Orquesta Nacional de España abrirá fuego el martes con José Ramón Encinar en la tarima, Pablo Villegas a la guitarra y la monumental Patética, además de obras de Sor y Rodrigo. La OFM interpretará con Hernández Silva la Cuarta sinfonía y el Concierto para piano nº 1 con Antonio Ortiz como solista el viernes 16. El sábado siguiente, la Orquesta Sinfónica Provincial, dirigida por su titular, Salvador Vázquez, hará lo propio con la Quinta sinfonía y otras piezas del ruso. El Sexteto con Fuoco interpretará una deliciosa rareza, el Souvenir de Florence, además de un sexteto de Dvorak, el viernes 23. Y el sábado 24, la OFM cerrará el ciclo con la batuta de Leonardo Martínez. Un apetecible cumpleaños que compartir.

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