Cultura

Irreverencia contra los bien pensantes

  • La compañía malagueña El Espejo Negro estrena hoy en el Teatro Cánovas su último montaje, 'Es-puto cabaret', una bofetada con marionetas y muy poca vergüenza· 'Es-puto cabaret' se representa en el Teatro Cánovas (Plaza de El Ejido, 5) desde hoy hasta el sábado a las 21:00 y el domingo a las 19:30. Entradas: 13 euros.

Sin sus marionetas parece inofensivo. Ángel Calvente se queda mirando en la rueda de prensa apostado detrás de la mesa, cruza sus manos y adopta ante los periodistas el tono de perfecta amabilidad. Pero su lengua no para. "Quien la hace, la paga", advierte. Mariana Travelo, la protagonista de su último espectáculo, una travesti curtida en los peores clubes de alterne del país, "habla directamente de la actualidad más dolorosa en cada sitio al que va y no se casa con nadie". De hecho, cuando actúe en Bilbao dentro de unos meses, lucirá orgullosa su bandera española, lo que constituye ya una tradición de El Espejo Negro para sofoco del establishment nacionalista, y dará paso a Rocío Jurado, quien cantará el Himno de Andalucía; pero también los Reyes, la princesa Letizia y las autoridades de la curia católica tienen su paseo al filo de la navaja en Es-puto cabaret, el montaje que la compañía malagueña estrena hoy a las 21:00 en el Teatro Cánovas, donde se representará hasta el próximo domingo.

Fundamentalmente, Ángel Calvente es El Espejo Negro, la agrupación de marionetas que fundó hace veinte años en Málaga junto a Carmen Ledesma. Es-puto cabaret significa su regreso al teatro para adultos después de La vida de un piojo llamado Matías, la primera propuesta infantil per se de Calvente basada en el relato homónimo de Fernando Aramburu, que después de haber conquistado al público y la crítica ha valido a este creador libre, único e intransferible su cuarta candidatura a los Premios Max. "Es la primera vez que estamos nominados en una categoría, la del teatro infantil, que se corresponde con el espectáculo en cuestión", explicó ayer, "porque las anteriores ocasiones nos metieron en ese mismo saco con montajes erótico festivos para adultos".

Pero Es-puto cabaret es otra cosa. Radicalmente. "Se trata de un regreso a mis inicios que necesitaba hacer para seguir mirando hacia adelante, o más bien de un viaje a mis orígenes, al tono deslenguado y gamberro, al cabaret, al show de travestis, las calaveras, el lumpen, las drogas, todo lo underground. Yo vengo de ahí. Lo que pasa es que ya tengo casi 50 años y la óptica es inevitablemente distinta, aunque siempre adopto una forma placentera de hacer las cosas", apuntó ayer Calvente poco después de librarse de las garras de Mariana Travelo. "Algunos sketches son nuevos, pero he recuperado otros de mi primer espectáculo, Tos de pecho, y de otros posteriores hasta montar una especie de recopilación", añadió. Así, la niña enferma Eva Lorena, Carmela Amargura, Justa Desgracia, Adolf (el jefe de pista de El Circo de las Moscas), Lola Flores y la citada Rocío Jurado vuelven a desfilar con toda su humanidad y su mala leche en un alarde de conexión con el espectador. Ya avisó ayer con seriedad el propio Calvente: "es el público el que pone el límite, el que dice hasta dónde podemos llegar. Mientras pidan más, se lo daremos. Por eso volvemos a bajar al patio de butacas y subimos a gente al escenario".

Este regreso temático se corresponde con una recuperación de las técnicas de animación. Si espectáculos de calle como La cabra y Los perros flauta se basaban en la interacción entre los actores y las marionetas, éstas son las absolutas protagonistas de Es-puto cabaret. "Me apetecía mucho volver a ponerme la capucha", confesó Calvente, "porque es más fácil soltar improperios contra la religión y la política a través de la marioneta".

Para el futuro, el malagueño se decanta por combinar los montajes para niños y para adultos. Así, ya dentro de sólo dos meses comenzará a trabajar en su próxima obra infantil mientras ultima un programa de televisión para Cuatro. Cuerpo a tierra.

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