Cultura

John Malkovich y Bobby McFerrin, estrellas de los conciertos de Cajamar

  • El actor protagoniza el espectáculo 'The infernal comedy', que presentará el 23 de mayo junto a la Orchester Wiener Akademie en el Teatro Cervantes, donde el vocalista de jazz norteamericano actuará el 27 de julio· Más información: www.cajamar.es y www.teatrocervantes.es

La buena experiencia acontecida el año pasado con el concierto que ofrecieron en el Teatro Cervantes la cantaora Estrella Morente y el pianista Javier Perianes, acompañados por la Orquesta Filarmónica de Málaga y con El amor brujo de Falla como motivo común, auguraba una continuidad en la capital del ciclo Grandes Conciertos de Cajamar, que organiza la entidad financiera en diversas ciudades españolas. Dicho y hecho: ayer, fuentes de la Fundación Cajamar informaron del programa, ya confirmado para 2010, que presenta para Málaga dos citas de altura; la primera es el espectáculo The infernal comedy, que dirige el actor John Malkovich y en el que el mismo intérprete participa en escena junto a la Orchester Wiener Akademie; la segunda es un concierto del vocalista de jazz norteamericano Bobby McFerrin. Ambas citas tendrán lugar, igualmente, en el Teatro Cervantes, la primera el 23 de mayo y la segunda el 27 de julio.

The infernal comedy es un montaje teatral de corte operístico creado por Martin Haselböck para la Orchester Wiener Akademie, la formación barroca más prestigiosa de Austria. John Malkovich se hace cargo de la dirección escénica junto a Michael Sturmiger e interpreta además el papel protagonista, el de un asesino en serie. La dirección musical corre a cargo del mismo Haselböck, mientras que la nómina de solistas incluye a las sopranos Bernarda Bobro y Alexandre Zamojska. Malkovich encarna a un personaje real, el criminal austriaco Jack Unterweger, que fue condenado en 1974 a cadena perpetua al matar una prostituta y se convirtió en escritor durante su reclusión para, según sus propias palabras, "evitar volverse loco". Gracias al éxito de sus libros, consiguió meterse a la opinión pública en el bolsillo y salió de la cárcel en 1990. En los siguientes meses, Unterweger siguió escribiendo y matando a prostitutas, no sólo en su Austria natal sino también en Los Ángeles. Finalmente, en 1994, fue capturado por el FBI en Miami, de donde fue deportado a Austria. El primer día de su segunda condena de prisión se suicidó en su celda, tras lo que pasó a engrosar la lista de asesinos en serie de amplia proyección pública, envuelto en la leyenda.

El espectáculo, que permitirá a no pocos malagueños cumplir su sueño de ver a John Malkovich en un escenario sin necesidad de salir de su ciudad, incluye fragmentos de obras de Vivaldi, Beethoven, Haydn, Mozart, Bocherini, Weber y Gluck, interpretados, a modo de disgresiones fragmentadas, a lo largo del monólogo en el que Unterweger/Malkovich da cuenta de sus turbias experiencias criminales. The infernal comedy ya se representó en julio del año pasado en el Festival de Peralada después de su estreno en el Teatro Ronacher de Viena, donde crítica y público se rindieron a los abrumadores encantos interpretativos de Malkovich. El actor norteamericano, que forma parte de la iconografía popular gracias a su trabajo en películas como Las amistades peligrosas y En la línea de fuego, ha encontrado en Unterweger un guante a su medida, y el Teatro Cervantes tendrá ocasión de comprobarlo.

Otro reclamo poderoso se cierne en la segunda cita anunciada por Cajamar para Málaga. El cantante Bobby McFerrin, una de las grandes voces del último siglo, forjador de una carrera que ha partido del jazz para abordar los más diferentes lenguajes musicales, hará parada también en el Teatro Cerantes el 27 de julio. McFerrin visitó el mismo escenario en 2004, dentro del Festival Terral, en el que dejó una huella imborrable merced a su poderío sonoro, su capacidad de improvisación y su habilidad para implicar al público. El último álbum de McFerrin sigue siendo Beyond words, pero el último lustro en la carrera del artista no ha estado exenta de novedades. La última es la constitución de la Fundación Musical Olympus, creada para la promoción de la educación musical en todo el mundo, que el mismo cantante presentó el mes pasado en Moscú en una serie de conciertos en los que compartió escenario con otros quince vocalistas de diversos orígenes, en el más estricto a capella. En Málaga, previsiblemente, el cantante que juró I'm my own walkman volverá a comparecer sin más compañía que su micrófono.

En un curso aciago por los recortes, estas dos propuestas elevan, y cómo, el tono cultural de la ciudad. Ojalá siga .

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