Cultura

La Jopma inicia el regreso a casa, aunque la pesadilla aún no ha terminado

  • Ayer 23 músicos de la Joven Orquesta Provincial llegaron de Praga al aeropuerto de Málaga después de tres días de espera · El resto se prevé que vuelva mañana, aunque dependerá de que haya plazas libres

Los padres de los afortunados niños integrantes de la Joven Orquesta Provincial de Málaga (Jopma) que pudieron aterrizar ayer en el aeropuerto de Málaga, ya tienen a sus hijos en casa. Tras días de angustia e incertidumbre, por fin, pudieron embarcar ayer a las once de la mañana, 23 de los músicos, acompañados de la presidenta de la formación, Remedios Arrabal, y el director de la misma, Ángel Luis Pérez. El resto permanece aún en Praga a la espera de que queden plazas libres en los vuelos con destino Málaga para hoy, "pero no es seguro", aclaraba Arrabal.

En el aeropuerto los padres esperaban ansiosos poder abrazar y ver a sus hijos, después de dos días de retraso. "Nosotros firmamos un contrato en el que los niños podían viajar con los instrumentos como equipaje de mano y aquí nadie se responsabiliza de nada", comentó Juan José Pérez, padre de uno de los niños afectados.

La pesadilla comenzó el domingo, cuando la orquesta se dirigía a embarcar en el aeropuerto de Praga con destino Málaga, y la encargada de hacerles el check-in les denegó la entrada al avión , alegando que algunos de los instrumentos superaban las medidas para viajar como equipaje de mano. El problema se acentuó con los cinco violonchelos, que no pudieron transportarse como si fueran un pasajero más, aunque pagaron su pasaje en cabina. Los músicos perdieron el vuelo y la embajada les proporcionó transporte para que pudieran trasladarse a un albergue. La compañía de viajes que les facilitó los vuelos, Eroski, les proporcionó una ayuda económica para gastos varios. El resto corrió a cargo de los responsables de la formación desplazados, así como de los padres, que tuvieron que enviarles más dinero.

Algunos compañeros de la orquesta que no viajaron a Praga esperaban ansiosos en el aeropuerto. "Estamos bastantes indignados con lo ocurrido, pero sobre todo preocupados por nuestros compañeros", comentaba José Andrés Fernández. Al aterrizar, los niños rompieron a llorar al ver a sus padres. "Tenía ganas de volver ya, no esperábamos lo que pasó", afirmó Carlota Hernández .

La presidenta de la orquesta, Remedios Arrabal, no dudó en reclamar mayor ayuda. "Pedimos por favor que los niños vuelvan cuanto antes, no pueden estar más tiempo allí, es lo más importante". El director, Ángel Luís Pérez, relataba a los medios de comunicación la pesadilla vivida. "Muchas veces, aunque se coseche mucho éxito en este festival, acabas con un desasosiego tremendo, de desamparo en Praga, con lluvia, frío, de noche", expresaba. A pesar de lo sufrido, no dudó en mostrar su agradecimiento. "Damos gracias a todos los que nos han apoyado desde España, han sido muchos", añadía.

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