Cultura

José Manuel López Nicolás, divulgador: “La sociedad padece quimiofobia”

  • No reza con los alimentos ecológicos, defiende los transgénicos y propone, además de educar, prohibir

José Manuel López Nicolás, divulgador.

José Manuel López Nicolás, divulgador. / La Térmica

José Manuel López Nicolás es científico “de las pequeñas cosas”. De esa ciencia que rodea a las personas sin que se perciba su presencia: en los productos del carro de la compra, en la camisa que llevan o en el desodorante que usan.

“Mucha gente habla de los grandes descubrimientos científicos pero en realidad lo que interesa es que hablen de la ciencia más cercana, del día a día, de lo que hay a nuestro alrededor, para tener mejor criterio a la hora de seleccionar determinadas cosas”, explica.

Es científico y, además, uno de los divulgadores con más éxito de España: imparte cerca de 100 conferencias al año, escribe para un medio de comunicación y colabora en RNE. ¿Qué es más difícil: ser científico o que te sigan mientras hablas de ciencia? Él consigue ambas.

En su discurso se enmarañan diversos temas porque, a fin de cuentas, “todo está conectado”. Logra armar las palabras para que se introduzcan en el cerebro y active el clic. Es consciente de que para cualquier ciudadano de a pie es “muy difícil” discernir entre la ciencia y la anticiencia y más aún en un mundo digitalizado en el que caer en los bulos “es mucho más fácil de lo que creemos”. Y contra todo eso trabaja.

“La ciencia tiene imagen de elitista y ahí está la labor de la divulgación: acercarla a la sociedad. Los científicos hemos estado durante años encerrados en nuestra torre de marfil, en nuestros laboratorios”, reconoce, aunque al tiempo cree que, en determinados casos, la divulgación no es suficiente.

“Con la educación solo no se llega a ningún sitio, hay que prohibir y en España somos muy románticos”, explica tomando de ejemplo las bebidas energéticas. “Tienen el triple de azúcar que la OMS recomienda para un día y un niño de 10 años puede conseguirlas en cualquier sitio”, critica.

"Una manzana ecológica no aporta nada frente a la tradicional"

Su discurso se articula en torno a dos pilares. El primero ahonda en la alimentación: “Nos dejamos llevar muchísimo por campañas muy agresivas en las que hay mucho engaño y muchas medias verdades”. Por eso, rechaza por completo la moda del detox: “La gente dice que adelgaza. ¿Cómo no va a adelgazar si solo toma zumos? Lo que no dice es que luego recuperas el peso perdido y puedes desarrollar trastornos alimentarios o enfermedades de cálculos renales. Es una moda peligrosa”.

Tampoco se posiciona como un firme defensor de la alimentación ecológica: “No creo en ella. Nutricionalmente, una manzana ecológica no te aporta nada frente a otra tradicional, tampoco en el plano de la seguridad. Si alguien consume estos alimentos me parece perfecto, pero que no lo hagan buscando productos más nutritivos, seguros o sabrosos, porque no lo son”. Pero sí que reivindica el poder de los transgénicos, por ejemplo, para mitigar el cambio climático: “No hay evidencia de que provoquen ningún problema de salud ni en el medio ambiente”.

"La homeopatía es uno de las cosas más absurdas que hay"

Este último ejemplo le sirve para constatar que la sociedad actual padece de “quimiofobia” pero, hilando con el segundo pilar, se deja llevar por “el marketing y la jerga seudocientífica” en ámbitos como la cosmética. “En este mundo existen dos estrategias: la del miedo del “sin” –sin alcohol, sin aluminio, sin parabenos– y la de la ilusión falsa del “con” –con ácido hialurónico para regenerar el ADN–”, explica.

Si se le piden dos consejos científicos accede con firmeza. Uno: “Cada vez que veas en un supermercado un producto que te promete en la etiqueta ayudar al sistema inmunitario, al rendimiento físico o intelectual, no lo uses. Los alimentos funcionales no sirven para nada”. Y dos: “No creas en la homeopatía. Unas nociones básicas de química demuestran que es una de las cosas mas absurdas que hay y de los problemas más gordos. No tiene evidencia científica, a veces es peligrosa y nunca es efectiva”.

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