Lo apodaron el Velázquez de la luz y su exquisita popularidad le acompaña aún hoy. Casi un siglo después de que Joaquín Sorolla pintara para la Hispanic Society de Nueva York una serie de 14 murales, los lienzos han salido de su ubicación original para recorrer distintos puntos de España y batir un récord. Cuando terminen su itinerancia, la exposición Sorolla. Visiones de España habrá superado con creces el medio millón de personas que visitaron la antológica de Velázquez en el Prado en 1991. En Valencia recibió a más de 450.000 personas. Hoy se cierra su estancia en el Bellas Artes de Sevilla para viajar inmediatamente a Málaga. El próximo 18 de julio el Centro de Arte Contemporáneo acogerá esta muestra histórica patrocinada por Bancaja.

Todo partió del encargo del multimillonario Archer M. Huntington. En 1911 quiso que el pintor valenciano creara los lienzos que decorarían la biblioteca de la Hispanic Society, institución que él mismo puso en marcha. Entre 1912 y 1919 Sorolla trabajó sin descanso en este titánico proyecto cuyo resultado fueron 14 obras que ocupan un total de 210 metros cuadrados.

Su ejecución lo llevó a viajar por toda España durante ocho años, pintando y tomando apuntes de algunas escenas tradicionales, como romerías, fiestas populares, la Semana Santa y los toros, además de labores como la pesca del atún, el mercado o la recogida de dátiles. Recibió 150.000 dólares por un trabajo que le ocupó los últimos años de su vida. Después de entregar los lienzos sufrió una hemiplejía en su casa de Madrid y falleció tres años más tarde sin que pudiera ver expuesto el conjunto en Nueva York de lo que él mismo consideró "la obra de mi vida".

Cinco de estos murales están inspirados en Andalucía. Sorolla pintó la escena de un patio sevillano en el que un nutrido grupo de mujeres y algunos hombres celebran una cruz de mayo con bailes típicos. La capital hispalense también le sirvió de marco para Los nazarenos, una estampa de la procesión de la Virgen del Valle en la Semana Santa de 1914. En una finca jerezana tomó apuntes de la vendimia aunque, finalmente, lo que realizó fue un gran mural -el mayor lienzo de una sola pieza de toda la obra- sobre la crianza de toros. En El encierro, Sorolla representa a unos garrochistas conduciendo una manada de toros hacia su encierro. Campos de vides y pencas dominan el paisaje. En cuanto a la fiesta taurina, que apareciese en la serie fue un empeño personal de Huntington, ya que el valenciano le parecía una tradición especialmente sangrienta. Quizás fuera por eso por lo que optó por retratar el paseíllo de los toreros y al público que abarrotaba la plaza. En Ayamonte, Sorolla retraró la pesca del atún, aunque espero al día siguiente de la entrada de los atunes en el puerto, pues tenía especial aversión a la sangre.

Además de Andalucía, Cataluña, Navarra, Aragón, Extremadura, Valencia, Elche, Galicia, Guipúzcoa y Castilla están representadas en un conjunto que rebosa vida, luz y color. El reencuentro de estas piezas con las tierras y las gentes que las inspiraron ha sido posible gracias a la labor de mecenazgo de Bancaja, la entidad que ha permitido que por primera vez esta colección saliera de Nueva York, asumiendo su restauración, traslado y exhibición en España, así como una póliza que los asegura en más de 100 millones de euros.

Felipe Garín y Facundo Tomás han sido los encargados de comisariar esta exposición que en Málaga se dará la mano con el arte más contemporáneo. Aunque la primera ubicación que se había manejado era el Museo del Patrimonio Municipal, finalmente será el CAC el que acoja la muestra hasta finales de septiembre. Después viajará a Barcelona y Madrid para terminar a finales de 2009 nuevamente en Valencia. De esta muestra que posee piezas "que están a la altura de lo mejor de Sorolla", según Felipe Garín, se ha editado un importante catálogo y los visitantes tendrán guías multimedia móviles con toda la información.