Crítica de Cine

Largo y sinuoso camino a la nada

made in france. Festival de Cine Francés de Málaga. Intriga. Francia, 2015. Dirección: Nicolas Boukhrief. Guión: Nicolas Boukhrief y Éric Besnard Intérpretes: Malik Zidi, Dimitri Storoge, François Civil.

La irregular carrera cinematográfica de Nicolas Boukhrief sumó un nuevo hito con este thriller sobre la gestación de una célula terrorista en plena banlieue parisina, y sobre el que se ha generado toda una leyenda negra, tras coincidir en su rodaje con los atentados de enero de 2015 en París (lo que supuso el abandono de la principal productora del proyecto) y, por si fuera poco, cuyo estreno fue cancelado por los atentados de noviembre del mismo año. Tras sucesivas cancelaciones, la película nunca llegó a presentarse, quedando relegada directamente al mercado del VOD (emisión bajo demanda en plataformas digitales), y etiquetada ya para siempre con el apelativo de premonitoria.

Una maldición que, por otra parte, en la práctica resulta lo más llamativo de un filme por lo demás fallido. Boukhrief mantiene el oficio para filmar e imprime buen ritmo al proceso de creación del grupo. Pero con ello apenas consigue sobreponerse a las carencias de un guion de brocha gorda y sorprendente resolución, firmado a cuatro manos con Éric Besnard, paradójicamente conocido por haber escrito y dirigido comedias tan variopintas y funcionales como Le goût des merveilles (estrenada recientemente en España como Pastel de pera con lavanda) o la divertidísima Cash (2008), con el oscarizado Jean Dujardin.

Los acabados de producción tampoco acercan a la película al registro visual de los capítulos de Homeland o 24 -por tomar algunos referentes temáticos cercanos en el tiempo-, y las secuencias de acción quedan en su mayoría en tierra de nadie, sin aportar la tensión necesaria a una cinta que no acierta a ofrecer respuestas, porque apenas plantea preguntas.

La música omnipresente -y machacona-, la voz en off que saluda y despide el metraje, una elección de reparto bastante discutible (pese a unos esforzados Malik Zidi y Dimitri Storoge) y un final extrañamente fuera de tono no ayudan a levantar una propuesta que, no obstante, tiene garantizada la posteridad por lo dificultoso de su recorrido.

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