La infanta Elena inauguró ayer la 67 edición de la Feria del Libro de Madrid, que este año está dedicada a Latinoamérica, en una jornada en la que las nubes amenazantes no han impedido a las autoridades y a los primeros visitantes recorrer las casetas del Parque del Retiro.

Hasta el 15 de junio, este certamen será escaparate de las últimas novedades editoriales y de los títulos de siempre, y parece que con buenas expectativas económicas, pese a la crisis que afecta a otros sectores, según reconoció ayer el ministro de Cultura, César Antonio Molina, y el director de la Feria, Teodoro Sacristán.

Sacristán se mostró convencido de que esta edición de la Feria servirá para estrechar lazos con Latinoamérica y para fomentar el conocimiento de la literatura de estos países. "Los resultados quizá no se vean ahora, pero sí dentro de unos meses", dijo.

La joven literatura latinoamericana ha desembarcado este año en la Feria. Además, de los 30 escritores de 16 países que participarán en las numerosas actividades organizadas, también están representadas las editoriales de todos los países iberoamericanos a través de 1.800 títulos.

Ken Follet, Carlos Ruiz-Zafón, Enrique Vila Matas, Laura Gallego, Jorge Volpi, Ricardo Piglia o Almudena Grandes serán algunos de los numerosos escritores que participarán en esta cita anual que cuenta con 364 casetas (20 más que en 2007) y 428 expositores, de los que 119 son librerías y 259, editores.