Crítica de Cine

Manual literario del machismo

Rosario (Karina Gidi) es una escritora de éxito que, durante la presentación de uno de sus libros, se reencuentra con Ricardo (Daniel Giménez Cacho), un amor de juventud, también escritor. Tras una primera etapa de romance, se casan y tienen un hijo, lo que hará estallar la relación en una mezcla de celos personales, profesionales y puro machismo.

Las intenciones son loables en este biopic de la escritora mexicana Rosario Castellanos con el que la directora, Natalia Beristain, se propuso reivindicar el papel de la mujer en el México de los años 50. Pero para ello vertebra el relato sobre una paradoja: Beristain pretende contarnos la vida de una gran autora y reivindicarla como tal mujer, pero lo hace circunscribiendo la película al ámbito sentimental y doméstico.

Dicha decisión, particularmente arriesgada, pesa sobre una cinta que podría haber sido más interesante de disponer de un reparto menos desigual. Casi la integridad del metraje versa en torno a la relación con Ricardo, mientras que la carrera literaria ocupa apenas un espacio mínimo. Sólo un par de discursos en público. El rol de madre y esposa abnegada ante el alcoholismo, la violencia y las frustraciones de su marido conduce a la película hacia un clímax, de nuevo, paradójico: no hay secuencia más emocional en todo el film que aquellas en la que Rosario descubre la infidelidad de Ricardo. Ni rastro de sus logros profesionales.

Adornada además con un exceso de flashbacks, una lánguida puesta en escena y notables dejes literarios, ni siquiera el siempre solvente Giménez Cacho consigue levantar la cinta en su labor de antagonista. "Te sientes sola porque sólo sabes estar con tu cabeza", le reprocha a Rosario, mientras ella trabaja en uno de los pocos descansos que le concede la maternidad. El mensaje de Los adioses se hace muy necesario. Sus méritos fílmicos, francamente dudosos.

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