Cultura

Memoria histórica escandinava

  • Una mirada a España desde los territorios del norte: la musa y la espada en la Facultad de Bellas Artes Silvia Guerrero, Edu Rosa y los testimonios del viaje Y Kuuti Lavonen en Gravura

A Train to Spain. Travelling art project dedicated to Scandinavian volunteers in Spanish Civil War 1936-1939 es una exposición de enorme funcionalidad. Sirve para rescatar del olvido, hacer pedagogía y, en última instancia, plantearnos cómo los nuevos fascismos europeos, más o menos sutiles, comparten con los pasados idéntica aversión por lo extranjero, amén de pasión por el nacionalismo desatado. "Esto te afecta", decía Hannah Arendt (así se llamaba su columna quincenal en Aufbau, el periódico neoyorquino de los judíos alemanes, fundado en 1934). De modo que no es baladí recordar esta apelación arendtiana cuando se habla de asuntos que sí nos conciernen: para empezar, a quienes estén pensándose tirarle al Reino Unido a buscarse la vida, viendo la deriva tory post-Brexit. O a los refugiados dispersos por una Europa en crisis y en permanente lucha consigo misma, en muchas ocasiones desprestigiándose hasta el absurdo. He aquí una exposición ideada por ciudadanos europeos -artistas y cineastas, profesores e investigadores- que han colaborado en un proyecto transmedia, itinerante, que desde Escandinavia ha descendido a tierras sureñas, y a la Facultad de Bellas Artes (Plaza de El Ejido, s/n) en particular, para contar la historia de quienes vinieron del frío para formar parte de las Brigadas Internacionales. La parada de la muestra es breve, eso sí, de modo que hay que darse prisa, puesto que se clausura el 12 de octubre próximo. Y realmente merece la pena verla para conocer a esas personas, hombres y mujeres, que se jugaron el tipo por la democracia derrocada en España: esas 40.000 almas que se sumaron a un contingente solidario, en una aventura política con final trágico para muchos. Entre ellos Martin Schei, periodista y activista laborista de 18 años que viajó desde los fiordos y encontró la muerte aquí; The Volunteer (2016) es una pieza audiovisual firmada por Kieran Kolle y Turid Rogne, una carta visual en la que Shei habla de los horrores de una guerra desigual, con Franco apoyado por Hitler y Mussolini. "No moriré aquí abajo", afirmó el brigadista, uno de los 200 noruegos que vinieron a apoyar al bando demócrata, el republicano. Su tumba, a campo abierto filmado, constituye un símbolo de esta lucha. La carga documental pesa mucho en un proyecto expositivo comisariado por la directora de cine Katariina Lillqvist, y en el que también han participado creadores y académicos checos y polacos. Un puré de sonidos -entre el Ay, Carmela y los testimonios orales- nos introduce en un relato de protagonismo coral, como ocurre con Alcoi (2016), mini documental de Sebastian Holsen que rememora el trabajo de los sanitarios suecos y noruegos en la ciudad alicantina en 1937, donde levantaron todo un hospital, contribuyendo además a la profesionalización de la enfermería (tradicionalmente en manos religiosas).

El israelí Dror Feiler realiza una aproximación experimental, desde el vídeo, a la memoria de los judíos que, procedentes de 53 países, acudieron al auxilio de nuestra República, y lo hace en La violencia de las horas (2016), una sucesión de imágenes impregnadas de interferencias, extrañamente melancólica, como las epístolas de Letters from the Spanish Civil War (2016), obra audiovisual y colectiva realizada por Albert Scerving, Charlie Krautwald, Daniel Madsen y Nadia Zarling. Radio Dolores (2016), animación homónima de Katariina Lillqvist, acompaña su proyección de objetos de atrezzo usado para la obra, y que tiene como colofón un reguero alambrado y coronado por la Parca. El final. O el principio de la pedagogía política, si tomamos como referencia From Arkiva to Alcoi (2016), obra de Tinna Joné en la que ésta homenajea a su tía abuela, Bertha Olofson, enfermera sueca que colaboró con los republicanos españoles. Pieza formada por memorabilia de Olofson, ropajes, maletas y cartas, que Joné ha utilizado como material para un documental interactivo y homónimo de la Stockholm University of Arts. Hay aquí una promesa de nuevas voces que, venidas del pasado, apuntan a nuestro presente y futuro para no dejar pasar cualquier clase de fascismo. Algunas exposiciones son más necesarias que otras.

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