El tiempo, el trabajo y el empeño han convertido al malagueño Miguel Pérez en un valor destacado y necesario de la música contemporánea en España. Su particular reinvención de los minimalismos del pasado siglo ha alumbrado un lenguaje personal e intransferible materializado en varios discos con notable éxito, merced a una capacidad abrumadora para crear paisajes nuevos al piano. Pero he aquí que Miguel Pérez, residente en Fuerteventura, donde ejerce de profesor, tenía también un escritor dentro. Y, como tal, acaba de publicar su primera novela, El cuarto baño (Seleer), que presentará hoy en su ciudad, en el Café con Libros de la Plaza de la Merced, a las 20:30. Por sus muchas facetas en la composición musical, Pérez es un creador bien conocido en Málaga; pero hoy el público tiene la oportunidad de descubrirlo en una faceta distinta, aunque quizá no tanto.

"Para mí es absolutamente lo mismo", explicó ayer de hecho Miguel Pérez a Málaga Hoy. "Se trata de mantener una voz, un tono, y a partir de ahí ir creando armonías dentro de un hilo conductor. La única diferencia con respecto a la partitura es que una novela se escribe con palabras, pero son ejercicios similares", apuntó al respecto. En su categoría de debut, El cuarto baño presenta no pocas particularidades: la primera es que se trata de una novela escrita hace dieciséis años que su autor ha decidido publicar ahora. Semejante condena al cajón no tiene que ver con dudas ni rubores, sino más bien con la sospecha "de que el momento en que escribí el libro no era el más idóneo para publicarlo. Por aquel entonces empezaba a despuntar la revolución digital y tecnológica y me parecía interesante esperar a ver qué pasaba con eso. Ahora, las redes sociales han hecho de nosotros personas más abiertas. Por eso considero que éste sí es el mejor momento para El cuarto baño". Su argumento también resulta, cuanto menos, inusual: Miguel Pérez narra una aproximación sui generis a un personaje algo extravagante a través de cien llamadas telefónicas de las que el lector únicamente conoce los parlamentos del protagonista, no los de sus interlocutores, "aunque el propio personaje ofrece suficiente información para que el lector complete a su manera los diálogos". Y también es digno de atención el hecho de que Pérez no haya modificado la novela a lo largo de estos tres lustros: "No he tocado una coma. Cuando la escribí hice una primera versión con doscientas llamadas, pero me parecieron demasiadas, así que de inmediato las dejé en la mitad. Desde entonces no he cambiado nada".

Resulta casi inevitable preguntar a Miguel Pérez si tiene en la cabeza una banda sonora para El cuarto baño, y responde: "Es un libro raro. Cuando lo escribí me salían unos brotes atonales que afortunadamente dejé atrás. Mi música es ahora muy tonal, si tuviera que escribir con palabras algo relativo a lo que compongo me saldrían poemas de amor y flores. Pero no escribo nada literario desde un hace año. Digo lo que quiero decir con música". Y que no falte.