Habitualmente reticente a entrar en el juego cuando se le pide una fecha aproximada para la inauguración del Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana, que acogerá las sedes del Museo de Bellas Artes y el Museo Arqueológico, la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, que participó ayer en el Foro Tres Med. Comunicar el Mediterráneo, celebrado en el Rectorado de la UMA, accedió a concretar ante los periodistas los plazos de manera aún discreta pero significativa. Tras incidir en el único dato al que se había aferrado desde que llegó al cargo, la apertura a lo largo de 2016, sin más precisiones, la consejera (que en el último año ha insistido en defender con argumentos tipo esto no hay que hacerlo con prisas sino hacerlo bien su negativa a poner fechas sobre la mesa) contribuyó ayer a despejar un tanto el horizonte con una expresión un tanto sui generis: "En diciembre no será". Cabe esperar, por tanto, que el museo abra sus puertas antes, en noviembre como muy tarde; y que, de igual modo, dados los 18 años que la ciudad lleva esperando el equipamiento y la envergadura del mismo, se produzca un anuncio oficial con el día y el mes señalados más pronto que tarde.

Aguilar se mostró optimista e hizo una lectura, como suele en este asunto, muy en positivo. Así, apuntó que, desde que el Ministerio de Cultura y la Junta de Andalucía materializaran el traspaso de la gestión del museo a la institución autonómica el pasado 5 de mayo, los técnicos están trabajando "a muy buen ritmo" y "las cosas van extraordinariamente bien, porque los plazos que se habían marcado se están cumpliendo". Al partido que ostenta el Gobierno Andaluz no le venía desde luego nada mal ayer una buena noticia, y la consejera de Cultura se empeñó en dar el tono consecuente; pero conviene reconocerle que éste es justo el tono que ha mantenido siempre al referirse a la Aduana, con llamadas a la "lealtad institucional" y al cese de la "confrontación". Eso sí, puesta ya a dar buenas nuevas, Aguilar anunció que la plataforma La Aduana para Málaga y la Academia de Bellas Artes de San Telmo, dos colectivos vinculados al Museo de Málaga por distintos motivos y alojados en el mismo (disfrutarán, de hecho, sus nuevas sedes tras la inaguración), podrán organizar visitas "inmediatamente después del verano", y que los miembros de estas agrupaciones serán los primeros en poner el pie en el equipamiento una vez terminado, lo que no deja de conservar un regusto a justicia poética. Más aún, la Consejería de Cultura programará visitas del empresariado del sector turístico, de comerciantes de la zona y de colectivos ciudadanos "en una serie de jornadas de puertas abiertas" antes de la apertura al público general. Queda por dilucidar si, tanto en estas previsitas de grupos como en las primeras semanas de funcionamiento habitual, el centro estará ya disponible en su totalidad, con todos sus espacios y servicios en funcionamiento, o si la ciudad asistirá a una suerte de inauguración parcial que el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, previó en su momento.

El de Málaga será el mayor museo estatal gestionado por la Junta en Andalucía. Y la cuenta atrás gana temperatura cada día.