Resulta significativo que, mientras en otras plazas las Noches en Blanco han ido extinguiéndose o acaso superviviendo como cuestión de capa caída, el fenómeno aumenta cada año en Málaga sus niveles de afluencia y participación de manera ostentosa. La Noche en Blanco de Málaga es ya una (otra) cita imprescindible del calendario cultural que además se ha acomodado en la creación local, sin necesidad de mayores atractivos, para sacar a la gente de sus casas en virtud de su fórmula todo gratis hasta la madrugada. La próxima edición, la del 14 de mayo, estará dedicada a las estrellas por sufragio popular y presentará 195 actividades gratuitas (el Ayuntamiento contabiliza "más de 250", dado que en varias propuestas confluyen otras tantas) desde las 20:00 hasta las 2:00 bajo el lema Todos somos estrellas. El programa, presentado ayer, articula las propuestas en siete grandes apartados: Arte, museos y exposiciones, Intervenciones artísticas / Acciones urbanas, Artes visuales, Artes escénicas, Música, Visitas y actividades extraordinarias y otra dedicada expresamente a los menores, Para las estrellas de la casa, lo que responde al cariz familiar que la Noche en Blanco ha ido adoptando en los últimos años; de hecho, las actividades para todos los públicos se filtran en el resto de secciones y como tales aparecen convenientemente localizadas. Signo de los tiempos: independientemente incluso de su oferta, la Noche en Blanco es en Málaga una cita a la que se va sin más con la excusa de tener cosas que hacer hasta las tantas, y si pueden venir los niños mejor que mejor.

Pero también se tiñe esta Noche en Blanco estrellada de indumentaria juvenil con certamen propio, el Upho Festival, que se cuela también en varios contenedores. Su versión Indoor se distribuye entre dos exposiciones: Constelaciones de Lola Guerrera en la nueva Sala Moreno Villa (en plena Plaza de la Merced) y El píxel protector de Javier Hirshfeld en el estudio de Los Interventores (C/ Conde Cienfuegos, 2); la versión Music tendrá lugar con un concierto en el parking de la Facultad de Económicas, en El Ejido, con bandas de rock como Interlude, Surfin Beards, Bauer y Patata Voladora; y, por último, la versión Projects desplegará en Lagunillas una instalación fotográfica del artista albanés Adrian Paci. En gran medida, ya se sabe, la Noche en Blanco es una cuestión de museos, y todos los de la ciudad abrirán de manera gratuita hasta la 1:00 o las 2:00 de la madrugada, lo que implica una oportunidad nada desdeñable para, por ejemplo, admirar el Mural de Jackson Pollock en el Museo Picasso. El verdadero emblema de la velada, no obstante, tendrá nombre francés, Les étoiles, con una intervención artística en la fachada del Centro Pompidou inspirada en la que ya dejó el artista Daniel Buren en el Cubo para la posteridad. También el Museo Ruso aspira a repetir su condición de centro caliente de la Noche en Blanco ganada por méritos propios el año pasado con Bajar el cielo a la tierra, otra intervención artística que tendrá como protagonista nada menos que al Sputnik. También la Casa Natal, como es norma, tendrá su instalación artística en la fachada, esta vez a mayor gloria de Picasso y sus constelaciones.

Por lo demás, siempre se podrá participar en el concurso de karaoke Hoy nace una estrella en la Plaza de la Marina, hacerse un photocall en la Plaza del Carbón (donde la artista Ana Flores pintará en director su mural Nebulosa), observar cómo se realiza un graffiti en la Equitativa, ver un documental sobre estrellas de cine en el Albéniz o las obras de Microteatro, asistir a una actuación en el Conservatorio Superior de Danza o a una mesa redonda sobre ciencia-ficción en el Centro Andaluz de las Letras, disfrutar un recital lírico en la Sociedad Económica de Amigos del País o colarse en el Onenightstand de la Alianza Francesa. Habrá para todos. Casi seguro.