Cultura

Nuevo ciclo, nuevas inquietudes musicales

Seguro que todos en algún momento hemos tenido en nuestra formación educativa algún profesor que nos ha embelesado con la luminosidad de sus palabras, con el sólo acto de escuchar su voz. Adalberto Martínez Solaesa participa de esa magia, y es comprensible que nuestro catedrático emérito siga ofreciéndonos sus ilustrados e ilustrativos comentarios didácticos sobre el programa inaugural de uno de los ciclos más consolidados de la geografía de la música culta de nuestra ciudad.

Este primer concierto del ciclo, en su 19 edición, se inició más temprano de lo acostumbrado (va parejo en fechas con la Feria del Libro) y se presentó bajo un velada centrada en el órgano como solista. En este caso, Ciricino Micheletto, titular de la Basílica de Santa Anastasia (Verona), nos presentó un programa basado principalmente en piezas del siglo XVIII.

Desde la claridad expositiva y el discurso equilibrado de obras como el anónimo Canción para la corneta con el eco y la Bergamasca de Scheidt hasta el bloque central de piezas italianas, que se presentó entre el despliegue técnico del solista de la Sonata con Ripieni e Flauti de Galuppi y el discurso correcto de la Sonata in Fa Maggiore de Pergolesi. Clerambault cerró la velada y destacó por la enfatización de los distintos timbres y colores de la selección de piezas.

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