Cultura

París recuerda a Braque medio siglo después de su muerte

  • El Grand Palais inaugura este mes una amplia retrospectiva dedicada al pionero del cubismo

El pintor francés Georges Braque, precursor del cubismo y primer artista vivo que creó una obra para el Louvre, Les Oiseaux (1953), murió un 31 de agosto, hace medio siglo, tras haber atravesado dos Guerras Mundiales y una profunda amistad con Picasso que, en cierta forma, eclipsó su talento. Braque compartió época, barrio, compañeros de siglo y sueños artísticos, fuentes de inspiración y galeristas con su celebérrimo amigo malagueño, y también la utopía de un nuevo arte. Con ella intentaron "cambiar el mundo" trabajando juntos "uno al lado del otro", a veces las mismas obras sin querer firmarlas, comentó en una entrevista la conservadora Brigitte Leal, comisaria de una retrospectiva que desde mediados de septiembre iluminará el Grand Palais hasta el 6 de enero próximo.

"No querían firmar en defensa de un ideal, de un arte colectivo y anónimo, que correspondía con su utopía de cambiar el mundo", luego vino la guerra y siguieron viéndose, por supuesto, pero la historia fue un poco diferente, añadió Leal. Todavía hoy resulta difícil, sino imposible, hablar de Braque sin nombrar -y muy a menudo- a Picasso, pero no fue aquella poderosa amistad la única razón de que la obra del infinitamente más discreto y silencioso pintor nacido en Argenteuil-sur-Seine, en 1882, ha pasado a la historia de manera también más discreta y silenciosa.

"La culpa es de Picasso", pero no solo, subrayó la también directora adjunta del Museo de Arte Moderno - Centro Pompidou. "Siempre les compararon, y Picasso tenía unas dimensiones un poco aplastantes", además de ser tan extravertido y tan comunicativo que el mucho más reservado Braque resultaba menos visible, como su obra, "menos directa" y "más sutil", explicó. Sin contar con que se ha expuesto mucho menos la creación de Braque y que desde hace años hay una notable ausencia de grandes muestras sobre él, en particular en París, añadió.

Picasso, que iba construyendo su obra a partir de su propia biografía, era además el único capaz de hacer un cuadro como el Guernica, en el que se afronta la historia, mientras que -subrayó Leal- la obra de Braque era "de orden simbólico" y no consta ningún retrato, ni ningún autorretrato suyo. Salvo si se consideran como tal sus representaciones del taller donde trabajaba, sus naturalezas muertas o sus paisajes, donde aunque muy "disfrazado", cierto, "se adivina al hombre". y se perciben sus

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