Las vacaciones navideñas siempre son una buena fecha para programar teatro familiar y la malagueña Pata Teatro es una compañía imprescindible en estos lares. Por eso no es de extrañar su presencia en alguno de los escenarios de la ciudad, pandemias a parte. En este caso, regresan al Teatro Echegaray del 27 al 30 de diciembre con su espectáculo Debajo del tejado, reconocido con media docena de premios, entre ellos el Fetén 2020 a la mejor autoría.

Con el aforo completo, si no hay nuevas restricciones, el Echegaray brinda 297 butacas cada tarde (los pases son a las 18:00) para disfrutar de la obra que la compañía creó para celebrar su vigésimo aniversario. “La venta va bastante bien, siempre que vamos al Echegaray llenamos”, comenta Macarena Pérez Bravo, cofundadora y codirectora de la compañía junto a Josemi Rodríguez. “Todos los años hay público que se queda sin entrada, así que hay que ser previsores y saber que el teatro es un lugar seguro”, añade a la vez que desea que “Papá Noel llene sus sacas de cultura”.

Debajo del tejado se estrenó en 2018 en el Teatro Cánovas. Desde entonces han representado unas 130 funciones por todo el país de esta obra avalada por reconocimientos como el Premio Ateneo al mejor espectáculo para la infancia en 2019, el Premio Alcides Moreno a la historia mejor contada en 2020 y el Fetén a la mejor autoría. También ha sido espectáculo recomendado por la Red Española de Teatros y Auditorios y cuenta con tres nominaciones a los Premios Lorca de Teatro Andaluz.

“Es verdad que la obra llega respaldada por un reconocimiento profesional y el apoyo tanto de la de crítica como del público, es el espectáculo más premiado que tenemos hasta el momento”, explica Pérez Bravo y afirma que “es una alegría poder volver a casa con todos esos reconocimientos y ponerlo en pie nuevamente en nuestra ciudad”. Tras el estreno, esta será la primera que vuelva “con las condiciones óptimas de escenografía e iluminación, estamos muy expectantes e ilusionados por poder mostrar el trabajo con todo el público malagueño”, agrega.

Josemi y Macarena son los autores del texto que habla sobre la convivencia entre vecinos. “Queríamos mostrar cómo cada pequeña acción que hacemos en nuestro día a día puede influir en la vida de los demás, con la pandemia ese significado ha cobrado mucha más importancia, dependemos mucho los unos de los otros, vivimos en una globalidad”, recalca la codirectora.

Con la historia particular de los habitantes de ese pequeño universo, Pata Teatro hila un argumento en el que señalan la capacidad de cada uno de iluminar el cielo y subrayan que lo cotidiano puede ser extraordinario. “La obra incide en la importancia de mostrar todo lo bueno que tenemos a los demás y cómo revierte eso en nuestro día a día”, comenta Pérez Bravo. Y destaca que en el montaje se dan la mano el humor y comedia con la ternura y la emoción.

Para esta celebración de dos décadas de trayectoria, incluyeron en la propuesta distintos lenguajes escénicos. “Se trataba de poner de manifiesto todo nuestro recorrido reuniendo interpretación actoral con manipulación de títeres, clown, mimo, magia, todos estos lenguajes dentro de la misma obra ha hecho que sea muy redonda, muy completa y consideramos que no deja de sorprender en cada función”, relata la protagonista y codirectora de la compañía.

Otro de los momentos de la obra.

No solo el texto y las interpretaciones son esenciales para que todo encaje. Detrás del éxito hay mucho más. “Nos hemos rodeado de un gran equipo, en teatro el talento del que te rodeas es la base de todo”, comenta la cofundadora de Pata Teatro. Indica, además, que este montaje lleva detrás el trabajo de una veintena de profesionales, como Vicente Palacio, autor de la escenografía, Elisa Postigo, diseñadora de vestuario o Jesús Durán, responsable de la música.

“En Andalucía tenemos excelentes profesionales, desde el taller que ha construido la escenografía, a los figurinista, músicos, atrezo, somos muchos los que conformamos el equipo”, dice, contenta por volver a jugar en casa en el momento de cerrar un año que ha sido especialmente duro para las artes escénicas.