Cultura

El Premio Biblioteca Breve reivindica la altura moral de Saint-Exupéry

  • El aragonés Antonio Iturbe logra el galardón por 'A cielo abierto', una novela que relata la experiencia como aviador del escritor francés.

El  periodista y escritor Antonio Iturbe.

El periodista y escritor Antonio Iturbe. / Efe

La lectura de Antoine de Saint-Exupéry causó en la infancia a Antonio Iturbe un deslumbramiento tan intenso que, años después, el escritor considera que tiene con el autor "una relación más profunda que con la mayoría de personas que conozco en mi vida cotidiana". De esta admiración que ha sobrevivido a las décadas nace A cielo abierto, la novela con la que el zaragozano se hizo ayer con el Premio Biblioteca Breve, dotado con 30.000 euros y convocado por la editorial Seix Barral; su particular homenaje a un hombre de biografía agitada y valores firmes que fue mucho más que el creador de El principito. "Comparto bastantes de las preocupaciones de Saint-Exupéry", dice Iturbe. "Era un egoísta, buscaba que lo quisieran a toda costa. Era despistado, derrochador, infiel... Un héroe con fisuras, con agujeros. Pero en su literatura se preguntaba cuál era nuestro lugar en el mundo", opina un novelista que reivindica "la moral", aunque sabe que "tiene mucho más prestigio la literatura del escepticismo, la náusea urbana, el nihilismo".

En un acto celebrado en el Museo Marítimo de Barcelona, el aragonés aseguró que su novela "no es una biografía, sino una narración hecha con materiales verdaderos, ligados con el cemento de la imaginación". Contó además que su libro arranca en 1923, cuando un joven Saint-Exupéry sale herido de un accidente y su relación con Louise de Vilmorin se ve amenazada. "La familia de ella le da un ultimátum, le dice que si quiere seguir con ese noviazgo debe abandonar la aviación". Pero el protagonista no puede dejar atrás, tras una penosa etapa como contable, un ámbito que concibe como una forma de escapar de sus propias limitaciones, que "tiene un valor físico, pero también metafórico, y lo eleva por encima de las cosas terrenales", explicó Iturbe.

Fue un héroe con fisuras que siempre se preguntó cuál era nuestro lugar en el mundo"

A cielo abierto abarca un amplio marco temporal, desde los años 20 a los 40, para describir la amistad que Saint-Exupéry tuvo con los otros dos protagonistas de la trama: Jean Mermoz, que con el tiempo sería recordado como un héroe de la aviación en Francia, y Henri Guillaumet, "el hombre tranquilo del grupo", con los que coincide en la línea aérea Latécoère, para la que trabajan y por la que harán rutas por África o América del Sur. Aunque el amor de los personajes hacia otras mujeres tiene mucho peso en la trama, Iturbe reconoció que es "un mundo de hombres" el que describe en su novela. "Hay un momento en el que planteo un encuentro de Amelia Earhart con Mermoz, en Brasil, un pasaje que he inventado pero con el que quería reflejar que ya en esa época surgieron las primeras mujeres aviadoras", apuntó.

En la ficción, Iturbe plasma episodios de la vida de Saint-Exupéry y los relaciona con la gestación del libro que haría inmortal al autor, "que tenía la obsesión de dibujar a un hombre pequeñito con el pelo rizado", esa figura icónica de El principito. La novela propone también una versión de cómo murió el escritor francés. "No hay una certeza absoluta de cómo suceden las cosas. Un alemán dice que derribó su avión, y un pescador encontró una pulsera que podría haber sido de él, pero el cuerpo nunca apareció. ¿Fue derribado su avión o tuvo una avería? ¿Él fue al mar y se suicidó? Yo doy mi interpretación del asunto, pero no voy a desvelar cuál es", comentó Iturbe.

El jurado del galardón, integrado por Fernando Aramburu, Pere Gimferrer, Lola Larumbe, Manuel Longares y la editora Elena Ramírez, eligió el borrador de A cielo abierto entre los textos presentados al premio por "su solvencia narrativa, el talento para iluminar una época perdida, y sobre todo por su extraordinaria capacidad para levantar personajes".

Para Aramburu, la obra de Iturbe es "una novela muy entretenida, en el sentido positivo de la palabra", en la que el lector no hallará "la prosa de un estilista, sino una prosa muy eficaz", así como un "equilibrio entre la recreación histórica y la creación novelesca". Lo histórico no ahoga lo novelesco, y lo novelesco no desvirtúa lo histórico", sostuvo el autor de la celebrada Patria. La librera Lola Larumbe, por su parte, dijo que "el ideal" que representa Saint-Exupéry "está en el libro: ese hombre al que todos querríamos parecernos: aventurero, romántico, humanista". Al respecto, Longares añadió que A cielo abierto posee "una virtud poco frecuente: el encanto. Es un libro encantador, y los personajes y el ambiente son encantadores. Y el lector se mantiene hechizado hasta el final", afirmó sobre una narración "sobre las ganas de vivir, sobre el romanticismo exacerbado", y cuyo "lenguaje vertiginoso transmite de algún modo esa idea de la juventud".

Antonio Iturbe (Zaragoza, 1967) había escrito anteriormente las novelas Rectos torcidos, Días de sal y La bibliotecaria de Auschwitz, que ha visto la luz en 11 países. Pero ayer Iturbe mostró su "orgullo" por su carrera en el periodismo cultural, en publicaciones como El Periódico o Qué leer. "Es un oficio que me ha dado mucho. Llevo 25 años escribiendo todos los días, ha sido un entrenamiento formidable, incluso cuando tenía que escribir de temas que no me interesaban. Me ha enseñado a mirar y a escuchar. La novela está contada en presente, quizás por una deformación profesional del periodismo".

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