Cultura

Rosales cree "significativo" que la Academia premie el cine de autor

  • El director de 'La soledad' se sorprende del gran respaldo que ha conseguido su filme y piensa que este reconocimiento da esperanza a muchos jóvenes cineastas

La gran sorpresa en la noche de los Goya fue La soledad, ya que hizo pleno en sus tres nominaciones (Mejor Película, Mejor Director y Actor Revelación) dejando en un segundo plano a El orfanato, que se hizo con siete estatuillas. Jaime Rosales, realizador de la película, dijo al acabar la gala que es "muy significativo" que la Academia premie su largometraje, un proyecto de "cine de autor". "Reconocer una obra como ésta es dar esperanza a muchos jóvenes cineastas españoles", señaló.

El tipo de cine que Rosales cultiva apuesta por la inclusión de nuevos recursos estilísticos que, por otra parte, "nunca deben entorpecer el tránsito de los sentimientos", ya que, el cine de autor, "no es sólo una cuestión de estilo". "Los cineastas debemos enganchar con los problemas de nuestro tiempo", explicó el director quien, recién apagados los focos de la gala, todavía no había asimilado la "sorpresa" del "gran respaldo" que recibió su filme.

Rosales ve algo universal en el reconocimiento que ha obtenido La soledad, una "oportunidad de abrir brecha en el bosque del cine español", esa industria nacional a veces poco valorada que "tanto tiene que decir al mundo".

El cineasta no cree que los problemas de nuestro cine nazcan del público, sino más bien del "atrevimiento de los exhibidores". "El sector no termina de creérselo y estrena proyectos como el mío todavía con timidez", afirmó.

Aunque no se quejó del número de copias con que La soledad saltó a la pantallas, Rosales cree que con 300 bobinas la gente hubiera visto más la película superando esa exigua cifra de 41.000 espectadores.

El DVD del filme, ya está en el mercado y "funcionando fantásticamente porque cada vez que sale se agota", pese a lo cual el cineasta es consciente de que puede vivir una segunda vida comercial en salas. Pese a todo, lo importante es que "la gente vea la película, sea donde sea".

La mente de Rosales, tranquilo y reflexivo, no se detiene ni abruma por los premios y ya está maquinando una nueva película "tremendamente radical", de la que todavía no quiere desvelar detalles por superstición.

El tirón de los premios provocará una "salida potente" al mercado de este proyecto todavía por madurar, razón insuficiente para asegurar su éxito. Aunque "igual fracasa", dijo el cineasta. No hay nada seguro comercialmente al encarar un largometraje "difícil y radical", como el que se propone Rosales.

Se siente heredero de Iván Zulueta, de Joaquín Jordá o de Pere Portabella, directores a veces marginados que tuvieron que esperar mucho el reconocimiento. Rosales no quiere vivir en un "apartheid cultural", así que no duda en tildar a La soledad de "película popular". Por encima de todo, el cineasta se siente "identificado con una generación de directores españoles" que busca "soluciones estilísticas diferentes". "Sentimos nuevas formas de percibir", concluyó.

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