Cultura

Rufino cree que su corrida lidiada en Madrid pudo ser saboteada

José Rufino, ganadero propietario de la vacada Peñajara, cree que el comportamiento que ofrecieron sus reses en la corrida del 25 de mayo en la Feria de San Isidro podría deberse a una intoxicación intencionada, que se habría producido en los propios corrales de Las Ventas. Rufino señaló que su corrida, de la que llegaron a ser devueltos tres ejemplares durante la lidia, pasó todos los reconocimientos. Explicó que después lidiaron en Torrejón, y los tres toreros salieron por la Puerta Grande.

El veterinario encargado del saneamiento de sus reses, Javier Jiménez, indicó que cuando los toros llegaron al desolladero comprobaron "uno por uno que no había alteraciones detectables". La alarma se encendió después de que el propio ganadero fuera advertido de que el extraño comportamiento de los toros lidiados podría obedecer a un alto nivel de glucosa, el cual puede producir "fallos en la locomoción".

"Si se demuestra que en la primera plaza del mundo aparece una intoxicación de esta naturaleza, es una circunstancia muy llamativa", añadió el ganadero, quien ha apuntado que esa intoxicación podría haberse producido por la administración directa de glucosa o de unas pastillas que inhiban la actividad del páncreas.

Rufino ha manifestado que esta posible intoxicación se une al problema que tuvieron hace seis años con los piensos y ha sido rotundo al insistir en que no se trataba de un accidente: "Esto no ha sido nada natural. Los niveles de glucosa han sido idénticos en todos los casos. Podríamos estar hablando de un sabotaje".

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