Cultura

Sorrentino y Jude Law se adentran en el Vaticano con 'The Young Pope'

  • El director y el intérprete presentan en Venecia su serie en una jornada en la que François Ozon compite con la sobria 'Frantz'

Paolo Sorrentino se mostró ayer en Venecia convencido de que no habrá reacciones negativas por parte de la iglesia católica a su serie The Young Pope (El joven Papa). Y si las hay, agregó, "es un problema del Vaticano, no es un problema mío, sinceramente".

"Si tienen la paciencia de verla hasta el fondo verán que no quiere ser una provocación, no es intolerante, no tiene prejuicios. Indaga con honestidad y curiosidad en las contradicciones y dificultades de todo lo fascinante que hay en el clero y en un sacerdote que es un poco diferente a otros, que es el Papa", agregó.

Protagonizada por Jude Law y con un amplio reparto internacional que incluye a Diane Keaton, Javier Cámara, Silvio Orlando, Cécile de France, Ludivine Sagnier o James Cromwell, la serie consta de 10 capítulos de los que dos se adelantaron ayer en la Mostra.

En los episodios proyectados se ve a un papa joven, italoamericano, manipulador, que fuma, que bebe refrescos de cola con cereza, que aparece desnudo, que tiene pesadillas en las que insta a mantener relaciones sexuales más allá del puro objetivo de procreación y que se enfrenta con casi la totalidad de los miembros del Vaticano.

The Young Pope ocupa diez horas de metraje que le han permitido a Sorrentino profundizar más en los personajes, pero que el director ha tratado igual que si fuera una película, aunque mucho más larga de lo habitual. La serie cuenta con un divertido e irreverente Jude Law, encantado de la oportunidad de trabajar con el director italiano pero también de "interpretar un personaje tan rico, y contradictorio como pocos, con muchas capas. Lenny Belardo [su personaje] está interpretando al Papa. Y yo interpreto a Lenny. Todo ello con un precioso lenguaje visua y con un guión magnífico. Yo me emocioné al leerlo", recordó Law, para quien lo más interesante fue entender "las curiosas estrategias que Lenny desarrolla para que la gente le obedezca". Pese a ello, está convencido de que su personaje es "un hombre honesto. Admiro -agregó- la forma en la que puede ser absolutamente contradictorio".

Mientras, en la Sección Oficial, François Ozon optó por el clasicismo narrativo en Frantz, un drama en blanco y negro que se desarrolla recién acabada la I Guerra Mundial y que, sin ser uno de sus mejores trabajos, es una película sólida que ha sido bien recibida en su presentación en Venecia, un drama que el director decidió rodar en blanco y negro para darle "más fuerza y veracidad", como explicó en una rueda de prensa.

Basado en una obra de Maurice Rostand ya adaptada por Ernst Lubitsch en 1932 (Remordimiento), el filme cuenta la historia de Anna (Paula Beer), que vive en un pequeño pueblo de Alemania junto a los padres de su prometido fallecido, Frantz, recién acabada la I Guerra Mundial. Allí llega Adrien (Pierre Ninney), que dice ser su mejor amigo, lo que da pie a una relación amistosa entre el francés y la familia de su amigo alemán en un momento en el que las dos naciones seguían muy enfrentadas.

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