Cultura

Sueños que el dinero no puede comprar

  • Coincidiendo con la emisión de sus últimos capítulos, Errata Naturae engrosa su catálogo especializado con un libro sobre 'Mad Men', la magnífica serie creada por Matthew Weiner

Mañana lunes se empiezan a emitir en todo el mundo los nuevos episodios de la séptima y última temporada de Mad Men. Punto y final. La serie creada por Matthew Weiner para la AMC echa el cierre tras nueve años y 92 episodios y entra en el podio de los grandes títulos de esta Tercera Edad Dorada de la televisión norteamericana que está siendo también la nuestra.

Se acaban así las neurosis, aspiraciones, aventuras y desventuras de Don Draper y Peggy Olsen en la agencia Sterling Cooper Draper Pryce, se cierra así este viaje interior por la Norteamérica de los años 60 y 70 encerrada en apenas un puñado de decorados de oficinas y apartamentos diseñados hasta el último detalle.

Paradigma de la sofisticación chic, la serie ha ganado adeptos tanto entre los amantes de la moda, la coctelería y el glamour, explotados como imagen de marca en una inagotable franquicia para suplementos dominicales, como entre aquellos otros espectadores que han identificado bajo su superficie vintage el retrato agridulce y sombrío del sueño americano convertido en materia para el diván o crítica al capitalismo.

Gran mérito pues el de una serie que, como todas las grandes de su época (de The Wire a Breaking Bad), nos habla de la crisis de la identidad, la masculinidad, la nueva mujer, el hogar y la familia en un mundo en transformación, de la infructuosa búsqueda de la felicidad y del sentido, del dinero como motor de las relaciones y las apariencias, de la imposible conciliación entre el trabajo y la vida privada en un país de tantas oportunidades y mitos como espejismos y simulacros, sometido al escrutinio de una mirada entomológica y una perspectiva novelesca.

Aunque para hablar de Mad Men tal vez haya que aparcar ese tópico televisivo de la-gran-novela-americana para acudir al relato, a su recorrido en corto y sus gestos mínimos, como verdadero germen del espíritu y la filosofía de una serie que, si bien en lo visual se inspira en el look cinematográfico del melodrama sirkiano o en su reescritura posmoderna (Wong Kar-wai), tiene a los cuentos de escritores como John Cheever, a su melancolía de clase media y su denuncia del falso confort burgués, como principal fuente de inspiración y tonalidad dramática.

Errata Naturae hace coincidir este previsiblemente triste fin de fiesta con el lanzamiento de un nuevo volumen de su colección de estudios de series de televisión dedicado a Mad Men, una nueva referencia que, como en ocasiones anteriores, hurga bajo la brillante superficie del producto para desentrañar, desde la pluralidad de voces y enfoques, los cimientos de su sólida y efectiva maquinaria ficcional.

Para empezar, le toma el pulso al creador en su laberinto, un Matthew Weiner que revela poco y sugiere mucho sobre el trasfondo, las fuentes de inspiración, los métodos de trabajo y los lemas que han dirigido la serie cuyo tema es "cómo convertirse en un hombre blanco", o lo que es lo mismo, cómo tener éxito en Estados Unidos, algo que, paradójicamente, para el showrunner tiene mucho que ver con mantener un cierto espíritu subversivo.

Trazadas las coordenadas, Enrique Vila-Matas rememora su relación personal y biográfica con ésta y otras series y con el cuento y la escena breve como esencias de su escritura; mientras que Enric Ross desgrana esa crisis de la identidad y la masculinidad a través del emblemático Don Draper y sus continuas batallas internas.

Óscar González y Anna Tous se ocupan del trasfondo histórico que atraviesa la serie, un fuera de campo de grandes cambios que nos llega casi siempre a través de la televisión. Por su parte, y en el que es uno de los mejores textos del conjunto, Iván Pintor se adentra en la figuración del hogar, un "hogar que siempre sale caro", como vector de referencias literarias y fílmicas en una serie en la que reaparecen los grandes fantasmas de la ficción y la sociedad norteamericanas: "la soledad, el desarraigo, la protección y la presión de lo que es idéntico y estandarizado, la violencia del consenso".

Jorge Carrión se interesa por la genealogía de la mujer moderna, especialmente a través del personaje de Peggy Olsen, y cómo esta se prolonga en otra serie como Masters of Sex. De las "mujeres anhelantes" se ocupa Raquel Crisóstomo, mientras que de la dialéctica entre "los hombres-marca y las mujeres-objeto" lo hacen Manel Jiménez y Xavier Grabolosa.

Juan J. Vargas exhibe músculo académico en su disección de "la magia y la mística del capitalismo" a través de la publicidad, mientras que Concepción Cascajosa, veterana ya en los estudios sobre la serie, se adentra en su genealogía creativa a través de la trayectoria profesional de Weiner y su equipo de colaboradores.

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