Cultura

Tierra firme

Programa 1 de la temporada de abono de la OFM. Teatro Cervantes. Fecha: 3 de octubre. Programa: 'Concierto nº 2 para piano y orquesta en do menor, Op.18', de S. Rachmaninov; 'Sinfonía nº 7 en re menor, Op.70', de A. Dvorák. Intérpreetes: Orquesta Filarmónica de Málaga. Director: Manuel Hernández Silva. Solista: Konstantin Scherbakov (piano). Aforo: Lleno.

Mueren los hombres y perduran sus obras. El recuerdo del recientemente fallecido Pedro Aparicio, quien impulsara como alcalde la recuperación del Teatro Cervantes y la creación de la Orquesta Filarmónica de Málaga, estuvo muy presente en el primer concierto de la temporada. Manuel Hernández Silva, que se estrenaba al frente de la OFM como titular, se sumó al homenaje, dedicando un respetuoso minuto de silencio a la memoria del hombre cuyo legado le corresponde dirigir y encauzar, tras algunos años de incertidumbre y cierta desorientación.

En esta etapa que ahora da comienzo se ha querido pisar tierra firme desde el principio, con un programa indiscutible y un solista invitado de prestigio mundial, como es Konstantin Scherbakov. La interpretación del Conciertonº2 para piano y orquesta de Rachmaninov mostró a un Scherbakov contundente y expresivo. Su impecable técnica instrumental, de pulsación endiabladamente ágil, le permite abordar los pasajes más complejos y de mayor virtuosismo con la definición y el detalle que subliman este concierto; acaso haya algo excesivo en la impresionante interpretación del pianista ruso, que supone el sacrificio de algunos matices en el desenvolvimiento dinámico de la obra, pero lo cierto es que, de cualquier forma, su propuesta mantiene un coherente pulso poético que excita los estratos más pasionales.

Después de un Rachmaninov algo irregular y desaprovechado, aunque no carente de momentos brillantes, reapareció el Hernández Silva que encandiló la temporada pasada con su Cuarta de Schumann. La orquesta fue otra en la Sinfonía nº 7 de Dvorák (para muchos, la mejor del compositor bohemio); y como entonces -sin ostentaciones ni alardes, pero con una enorme solvencia- desplegó un sonido decididamente hermoso, colorista y orgánicamente equilibrado en una interpretación de impecable factura.

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