Cultura

Estados Unidos se interesa por los bailaores audaces

  • El Flamenco Festival confirma "un cambio patente" en el público

Con el concierto del grupo Canteca de Macao finaliza hoy la última edición del Flamenco Festival de Nueva York, una iniciativa que también ha tenido ramificaciones en otras ciudades como Boston, Washington y Miami y en la que, según su director, Miguel Marín, se ha producido un cambio "importante y patente", la confirmación de que cada vez el público se muestra más receptivo a nuevas propuestas. "En Estados Unidos hay menos oportunidades de ver lo que se está haciendo ahora. Aquí los tablaos habían creado una serie de imágenes que no se corresponden con la realidad: se tenía una idea del flamenco asociada sólo a la parte más visceral, más étnica", apunta el responsable de la cita. La sensación es que ese avance en la sensibilidad de los espectadores "se ha consolidado. La gente viene a buscar qué están investigando ahora los artistas en España".

Este año, el festival ha servido de plataforma para el talento de dos representantes de ese flamenco más joven que se mueve entre la tradición y la heterodoxia. Las bailaoras Olga Pericet y Rafaela Carrasco, con una magnífica trayectoria a sus espaldas pero pendientes hasta ahora de una consagración internacional, recibieron entusiastas ovaciones del público del New York City Center, donde presentaron sus espectáculos Rosa, Metal, Ceniza y Vamos al tiroteo, además de participar en una gala junto a Carmen Cortés. "Estamos muy orgullosos de que el festival haya ayudado a Olga o a Rafaela en su carrera internacional", expresa Marín. "Es innegable que triunfar en Nueva York te abre las puertas para muchos teatros del mundo. No es tan relevante para un teatro de Hong Kong que un intérprete triunfe en su tierra, pero el aplauso en un espacio como el City Center es toda una carta de presentación".

En esta convocatoria, el Flamenco Festival ha abierto una línea de colaboración entre creadores flamencos e intérpretes con residencia en Norteamérica: el diálogo entre los guitarristas Niño Josele y Doug Wamble que tuvo lugar en el Jazz at Lincoln Center y la colaboración que unió al bailaor Juan de Juan con el bailarín de tap Jason Samuels Smith han iniciado este prometedor capítulo. "Aquí hay artistas de todas las disciplinas, queríamos que esa peculiaridad que tiene este sitio repercutiera en el festival. Y por otro lado", concluye Marín, "ahora hay muchos artistas que quieren salir de su mundo y entrar en otros universos creativos".

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