artes escénicas

Una nueva 'West Side Story' que busca revivir el milagro

  • Un espectáculo en el Teatro Calderón de Madrid recupera la versión íntegra con que debutó este musical en 1957

  • En la producción interviene el bailarín malagueño Pablo Badillo

Una nueva 'West Side Story' que busca revivir el milagro

Una nueva 'West Side Story' que busca revivir el milagro

El milagro ocurrió hace ya más de seis décadas, en 1957: los espectadores del Winter Garden Theatre, en Broadway, asistieron conmovidos y atónitos a un estreno que se reveló como una de las experiencias teatrales más poderosas que habían vivido hasta entonces. Aquella pieza que prometía una revisión del Romeo y Julieta de Shakespeare partía de un clásico, pero se adentraba con innegable fuerza en la modernidad: la unión de los músicos Leonard Bernstein y Stephen Sondheim, el escritor Arthur Laurens y el coreógrafo Jerome Robbins había creado un trabajo asombroso que estaba destinado a perdurar. Desde aquellas primeras funciones, y más tarde con la fabulosa adaptación cinematográfica, nadie olvidó esa dolorosa historia de amor al oeste de Manhattan, y canciones como María, Tonight o América se instalaron por derecho propio en la memoria y el corazón del público.

Ahora, los Jets y los Sharks, esas bandas rivales que se peleaban por el control del territorio, toman el Teatro Calderón de Madrid, donde un nuevo West Side Story está dispuesto a provocar un deslumbramiento similar al que sintieron aquellos espectadores iniciales. Por primera vez se estrena en España la versión original íntegra que se vio en su estreno, y lo hace con "la escenografía más espectacular" que esta obra ha tenido "en el mundo", defienden sus responsables. "Yo que he visto West Side Story en muchos sitios, me atrevo a decir que va a ser la adaptación más grande e impactante de todas ellas", asegura el productor Juanjo Rivero sobre un espectáculo con el que la empresa SOM Produce celebra su quinto aniversario, tras levantar montajes tan exitosos como Billy Elliot o Priscilla, reina del desierto.

El desafío al que se enfrentaba el equipo liderado por el director argentino Federico Barrios y el español David Serrano, que escribe la adaptación -y también trasladó a la escena española Billy Elliot- no era precisamente pequeño. ¿Cómo infiltrar savia nueva a un clásico y que se perpetuara el encanto? ¿Cómo garantizar que en la relectura no se iba a perder algo de autenticidad? Había que ser minucioso: el vestuario, por ejemplo, se ha creado con tejidos vintage importados de Estados Unidos para recrear fielmente el estilismo de la época. Pero, ¿cómo dar con el carisma y la fiereza de personajes como Anita, Riff o Bernardo, o la emocionante pureza de esa pareja de amantes que forman Tony y María? Para encontrar a los 36 artistas que se mueven en escena, arropados por una orquesta de 20 músicos, tuvieron que enfrentarse a un proceso de selección "complicadísimo", recuerda Rivero. La riqueza de las coreografías de Jerome Robbins, que aquí se ejecutan como fueron concebidas originalmente, y de la partitura de Bernstein, "cercana a la imposibilidad" en algunos momentos, requería de intérpretes excepcionales, que se eligieron entre los más de 3000 candidatos presentados.

En ese equipo artístico, en el que por la "exigencia vocal" de los papeles se alternarán a lo largo de las diferentes funciones dos parejas, Javier Ariano y Talía del Val y Ana San Martín y Jan Forrellat, para los protagonistas Tony y María, han entrado cuatro andaluces: el sevillano Javier Santos, el chiclanero Fran Moreno, el bailarín malagueño Pablo Badillo y José Antonio Torres, de El Puerto de Santa María. Algunos contaban ya con una amplia experiencia en musicales aunque Badillo, con apenas 22 años, debuta con West Side Story de manera profesional en el género y siente que está "completando un máster en muy poco tiempo".

Los cuatro destacan la sofisticación de unas coreografías "llenas de pequeños detalles" que no sólo precisan de dominio técnico en el baile. "Con ellas se cuenta también la historia, estás interpretando", sostienen los actores, que pese a la exigencia del proyecto se muestran orgullosos de estar "en un título que forma parte del patrimonio del musical y con el que se suma un clásico a una cartelera donde predominan propuestas más recientes: El Rey León, El guardaespaldas, Billy Elliot… Y entrar aquí es como hacerlo en un museo, porque hablamos de una obra de los 50 que lo representa todo para el género".

¿Qué ha aportado Federico Barrios en la dirección? "Pese a que la adaptación es muy fiel, nos ha dejado crear. Si tu personaje está enfadado te deja que le pegues un puñetazo a la pared; si de manera natural te salía un insulto en los ensayos él lo incorporaba al guión. No es de esos directores que te limita a decir tus líneas y ya", responden. ¿Y, para ellos, qué es lo más destacable de la adaptación de Serrano? "Ha ayudado a que hagamos algo más real. Hay escenas muy intensas: las peleas, la agresión a Anita… Momentos que si no están bien escritos pueden provocar la risa, y aquí eso no ocurre".

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