XAVI Hurtado (Barcelona, 1961) hizo un viaje bien largo -tanto por la duración de la estancia como por la distancia geográfica- con la finalidad de elaborar un proyecto que ahora, y hasta el 22 de abril próximo, se exhibe en la Facultad de Bellas Artes (Plaza de El Ejido, s/n) bajo el título de Pitx'i (acompañante). Viaje que bien merece un visionado igual de extenso, no solamente por el trabajo antropológico realizado, sino por el interés de un relato indígena en el que existe una "continuidad ética", en palabras de Joanne Rappaport (que el propio artista y docente recoge en la memoria colgada en la entrada de la sala); relato que trata del devenir de una comunidad indígena de los Andes colombianos, en este caso la de los nasa. La exposición, comisariada por Juan Carlos Robles, contiene dos estratos. Uno pedagógico, representado por los vídeos que muestran el trabajo de taller, donde la juventud indígena de la región del Cauca toma la iniciativa para grabar imágenes y construir sus propios registros audiovisuales en forma de reportajes, documentales y reconstrucciones dramáticas. Y otro artístico: tres obras videográficas proyectadas en la pared y realizadas por el propio Hurtado que, ayudado siempre por su sherpa, centra el interés en The Wala, los "médicos de la experiencia" que miden el tiempo en mascadas de coca y protegen a sus comunidades de todo mal (que en la cultura nasa va más allá del cuerpo, englobando a la naturaleza misma). Alternando entrevistas a chamanes e imágenes que dan cuenta de una frondosa orografía que fue escenario de vetustos cuentos. A los que se refiere Arsenio Pacho en uno de los ejercicios de autoría indígena en un testimonio que ayuda a desmoronar, de alguna forma, esa idea tan extendida que asocia determinadas culturas a la inmovilidad.