Cultura

La gran agencia andaluza ideada por Plata para el sector público cultural se viene abajo

  • Los principales organismos que deberían integrarse en ella se han desmarcado del proyecto

"Lo que pudo ser, lo que nunca fue, lo que no será y lo que vendrá". Los versos de la canción de Vilma y sus Señores bien pueden aplicarse a la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, la entidad ideada por el consejero de Cultura, Paulino Plata, para reordenar el sector público cultural de la comunidad autónoma y que, finalmente, ha visto la luz como un proyecto descafeinado.

Era su "proyecto estrella" y se ponía en marcha en el marco del plan de austeridad promovido por Griñán para adelgazar la estructura burocrática de la Junta. Como anunció a finales de julio la consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, el decreto-ley aprobado por el Consejo de Gobierno supondría un ahorro total de más de 100 millones de euros hasta 2013, así como la desaparición de 111 entidades instrumentales y la modificación o transformación de otras 16, al tiempo que se garantizaba el mantenimiento de los empleos. En este marco, la macroagencia -que iba a englobar al Patronato de la Alhambra, al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), al Instituto de las Artes y las Letras y a otras entidades como archivos, bibliotecas, centros de documentación, museos, espacios culturales y teatros- iba a suponer para la Administración autonómica un ahorro de unos 9,3 millones de euros anuales con la integración del resto de instituciones.

¿Cuál habría sido la función exacta de la agencia como proyecto estrella de la Consejería? Gestionar los archivos, las bibliotecas, los centros de documentación, los museos, los espacios culturales, los teatros, los inmuebles inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, los centros de depósito, los gabinetes pedagógicos y todas las demás instalaciones culturales dependientes de la Consejería de Cultura.

Se trataba de ser más eficientes, de racionalizar los recursos y aplicar una política de austeridad. Sin embargo, el ambicioso objetivo de Paulino Plata se ha venido abajo. Y es que la gran polémica suscitada en Granada por la anunciada inclusión del Patronato de la Alhambra y Generalife en la nueva entidad ha ido dinamitando el proyecto y ha abierto el camino para que otros de los organismos que debían integrarse hayan seguido los pasos de Granada.

La nueva agencia sólo ha integrado finalmente a la antigua Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales, que recientemente había sido rebautizada como Instituto de las Artes y las Letras de Andalucía.

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