Una exposición antológica inaugurada hoy en Málaga recoge una treintena de obras que abarcan casi cuarenta años de carrera del artista sevillano Manuel Barbadillo (1929-2003), considerado el máximo exponente en España del arte cinético y precursor del uso de la cibernética en la creación plástica.

Jane Weber, viuda del pintor, ha recordado hoy en la presentación de la exposición instalada en la galería Gacma cómo su marido "no se quedó en su realismo de principiante", plasmado en las acuarelas y retratos que pintó en su juventud, y "fue buscando siempre lo nuevo".

"La informática era un mundo nuevo para él en el que veía mucho futuro, y se está cumpliendo bastante su visión", ha dicho Weber, que conserva numerosos bocetos en papel milimetrado de la época previa a la utilización del ordenador por Barbadillo, a partir de finales de la década de los 60.

En aquellas primeras experiencias cibernéticas en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid, con un ordenador que ocupaba toda una habitación, el artista sevillano facilitaba a un programador los datos que éste debía introducir y "salían unos papeles con puntos en forma de módulos entre los que tenía que elegir".

Unos años después, con el perfeccionamiento de las computadoras, Barbadillo llegó a asegurar que "a veces los ordenadores reconocían lo que servía y lo que no, y él casi no tenía que elegir".

Cuando llegaron otros avances como la impresión digital, el artista ya no tenía que enviar a una imprenta sus pruebas para verlas sobre papel a gran tamaño, aunque siempre mantuvo su predilección "por pintar con pintura acrílica sobre lienzo".

En su proceso creativo, el artista se mostraba "muy meticuloso, ordenado y cuidadoso, y no era como un pintor expresionista, aunque le encantaba por ejemplo la obra de Jackson Pollock", ha señalado su viuda.