Artes escénicas

La Anunciación de Luz Arcas

  • La bailarina y coreógrafa malagueña dirige el nuevo espectáculo de la Compañía Nacional de Danza de El Salvador, que se estrena esta semana en el Teatro Nacional

Intérpretes de la Compañía Nacional de Danza de El Salvador, durante un ensayo de 'La Anunciación'.

Intérpretes de la Compañía Nacional de Danza de El Salvador, durante un ensayo de 'La Anunciación'. / Jorge Colomer (San Salvador)

Hace dos años, la bailarina y coreógrafa malagueña Luz Arcas, fundadora de la compañía La Phármaco, añadió un notable episodio a su personal historia de búsqueda y exploración artística en El Salvador: invitada por la Compañía Nacional de Danza, dirigió para la misma institución el espectáculo Dolorosa, que constituyó un verdadero acontecimiento en la creación escénica del país y que, junto a otras experiencias como una residencia artística desarrollada en Guinea, resultó fundamental para el nuevo montaje de La Phármaco, La domesticación, primera entrega de la trilogía Bekristen (Cristianos), estrenada en noviembre de 2019 en los Teatros del Canal de Madrid. La feliz resolución de aquel encuentro aventuraba una continuación que ya se ha hecho realidad: desde el pasado 5 de abril, Luz Arcas dirige en San Salvador a la Compañía Nacional de Danza de El Salvador en un nuevo espectáculo, La Anunciación, que tendrá su estreno absoluto este viernes 23 en el Teatro Nacional con la colaboración del Ministerio de Cultura de El Salvador y el Centro Cultural de España en El Salvador. La obra se representará hasta el día 25 y posteriormente Arcas llevará el último espectáculo de La Phármaco, Toná, a la ciudad salvadoreña de Santa Ana, con funciones entre el 26 y el 29. La malagueña dirige para La Anunciación a un elenco de once intérpretes, diez bailarines habituales de la Compañía Nacional además de su propia directora artística, en una propuesta que hunde sus raíces en la cultura de El Salvador para mirar de cara al futuro.

Luz Arcas revisa el trabajo de los intérpretes durante un ensayo en San Salvador. Luz Arcas revisa el trabajo de los intérpretes durante un ensayo en San Salvador.

Luz Arcas revisa el trabajo de los intérpretes durante un ensayo en San Salvador. / Jorge Colomer

El díptico que conforman Dolorosa y La Anunciación, con su poderosa invocación mariana, se inscribe en el prolongado programa de actos con el que El Salvador celebra el bicentenario de su Independencia, si bien Luz Arcas, al teléfono desde San Salvador, matiza que el espectáculo "parte de este acontecimiento para ir a otro sitio. La Anunciación aborda, sobre todo, la libertad. Es un trabajo de creación hecho con artistas de aquí, muy jóvenes, que ponen en juego sus inquietudes y sus expectativas sobre su propia idea de libertad. Es una obra de aquí, nacida aquí. Si lo hubiéramos hecho en Madrid, el resultado habría sido completamente distinto", explica Arcas, quien añade: "Cuando llegué a San Salvador traía un trabajo hecho, con ideas previas, que nacía en parte del montaje que dirigí aquí hace dos años. Pero todo eso se ha visto transformado después por las aportaciones de los intérpretes, por lo que ellos cuentan. El resultado es muy ecléctico, muy de raíz y a la vez muy contemporáneo. De hecho, contamos con la música en directo de Primal Pulse, un grupo de San Salvador que mezcla sonidos indígenas y música electrónica. La orientación es justamente esa". 

"Ahora mismo no me interesa tanto hacer danza como bailar, que es un gesto mucho más abierto y espontáneo"

La bailarina y coreógrafa malagueña Luz Arcas. La bailarina y coreógrafa malagueña Luz Arcas.

La bailarina y coreógrafa malagueña Luz Arcas. / Javier Albiñana

Así, si Dolorosa miraba "sobre todo al pasado" a la hora de abordar la historia de El Salvador "pero no de una manera historicista, sino desde las experiencias personales de los intérpretes", La Anunciación "trata sobre el presente"; y lo hace, eso sí, bien cargada de intenciones: "Trabajamos sobre cómo el modelo neoliberal que define el mundo se traduce en procesos de colonización. Y entendemos que, frente a esta imposición, la vida en comunidades que escapan de esta lógica entraña una resistencia firme". Explica Arcas igualmente que este compromiso se da también en un orden artístico: "En La Anunciación he recuperado la idea, pura y simple, de bailar. Ahora mismo no me interesa tanto hacer danza como bailar, que es un gesto mucho más abierto y espontáneo. El baile nace en una comunidad libre, pleno de sentido; la danza, por el contrario, nace de la domesticación". De la mano de Jorge Colomer, responsable de los diseños de iluminación de La Phármaco y desplazado ahora junto a Luz Arcas a San Salvador, la malagueña desarrolla un trabajo también "muy visual. Necesitaba ahondar en la parte técnica, en todo lo que tiene que ver con luz, imagen y sonido, para incorporar ideas propias a partir de ahí. Y está siendo muy satisfactorio y enriquecedor". Añade Arcas que, si Dolorosa influyó de manera decisiva en la primera parte de Bekristen, La Anunciación lo hará en la segunda, de la que ya adelanta el título: Somos la guerra. Nada como bailar el mundo para hacerlo menos extraño.     

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios