Cultura

"Un artista nunca debe pasar de moda"

  • El humorista presentará los próximos días 21 y 22 en la Sala Fortuna del Casino Torrequebrada de Benalmádena su nuevo espectáculo, 'En esencia', recientemente estrenado en Valencia

El mismísimo Narciso Ibáñez Serrador, que mantenía con él "una relación casi paternal", ya se lo advirtió allá por 1991: "Mira, esto de la televisión va a cambiar radicalmente de aquí a nada, los formatos norteamericanos se van a adueñar de todo y los artistas como tú os vais a quedar sin sitio. Así que tienes que consolidar cuanto antes tu carrera teatral". Ángel Garó (La Línea de la Concepción, 1965), que ya había dado buena cuenta de su genio tanto en Un, dos tres como en su espectáculo Personas humanas, tomó nota y desde entonces ha hecho lo suyo fuera de la pequeña pantalla, bajo los focos, como actor de doblaje de éxito para el cine de animación y también como coleccionista de arte, siempre mediante una vinculación estrecha con Málaga. Pero, como el mismo artista reconoce, "si no sales en televisión parece que no existes". Aquéllos que se preguntaban qué fue de Ángel Garó tienen la respuesta en su nuevo espectáculo, En esencia, que estrenó recientemente en Valencia y que podrá verse los próximos días 21 y 22 en la Sala Fortuna del Casino Torrequebrada de Benalmádena.

En esencia es, según explicó a este periódico su artífice, "un homenaje al público, a la gente que me sigue desde hace 25 años, que echa de menos a mis personajes más populares pero que desconoce lo que he venido haciendo últimamente. Así que también es una propuesta interesante para quienes no me conocen aún. Mi intención es dejarlos a todos contentos". Se trata, en suma, de una mirada global que Garó ejerce sobre sí mismo "y en la que recreo hasta mi primera clase de Arte Dramático, como un viaje a los orígenes". Y este ejercicio no está exento de reivindicación propia como respuesta contundente al criterio determinado por la televisión, la misma que le abrió las puertas de la fama y que tanto, tal y como Ibáñez Serrador profetizó, ha cambiado desde entonces. Sus palabras, en este sentido, son contundentes: "Una canción puede estar de moda un tiempo, pero la responsabilidad del artista incluye su permanencia. La filosofía de la televisión ha cambiado mucho, todo lo que ofrece son productos de usar y tirar en los que el público es el protagonista, así que no hay sitio para los artistas. En este tiempo me han llamado de televisión para ir a la granja a criar pollos, a la isla a dejar que me mordieran los bichos y a la piscina a tirarme del trampolín, y claro, a todo he dicho que no. Si no hay una plataforma en la que pueda enseñar lo que hago, la televisión no me interesa. Hoy en día, lamentablemente, quienes hacemos teatro tenemos que ir por un lado y la televisión por otro. Por más que mucha gente que con la que está cayendo no puede costearse una entrada quiera vernos gratis en la tele, en su casa".

El público, de todas formas, sigue siendo la gran obsesión de Ángel Garó "como merecedor de todo el respeto que yo le pueda transmitir"; de hecho, el artista considera que la crisis ha contribuido a reforzar la autenticidad de la relación que establecen los actores como él y los espectadores en los teatros. "Pero eso no hace sino generarme más respeto por quienes van a una taquilla, compran su entrada y luego encima te aplauden", apunta. Su nuevo órdago no le ha ido mal, por el momento: las entradas para las funciones que presentará en septiembre de En esencia en su Línea de la Concepción natal están ya a punto de agotarse, y Garó lo cuenta con orgullo pero, si cabe, con más ilusión.

Su "espinita clavada" sigue siendo el cine. Garó protagonizó dos cortos "pero todo lo que me ofrecieron después eran proyectos que pretendían prolongar el éxito de los personajes de Un, dos, tres. Me negué en redondo. Al menos, me ha ido bien con los doblajes". Su colección de arte, especialmente rica en la pintura malagueña del siglo XIX, puede verse en Estepona: "El préstamo acaba a final de año, pero imagino que lo prorrogaremos. Mis obras están bien allí". Y él ha vuelto. Para quedarse.

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