Cultura

Poco más que una broma de Youtube

Comedia, EEUU, 2009, 94 min. Dirección: Grant Heslov. Guión: Peter Straughan, basado en el libro de Jon Ronson. Intérpretes: George Clooney, Ewan McGregor, Jeff Bridges, Kevin Spacey. Música: Rolfe Kent. Fotografía: Robert Elswit. Montaje: Tatiana S. Riegel. Cines: Málaga Nostrum, Larios, Vialia, Plaza Mayor, Alfil, Miramar, La Cañada, Plaza del Mar, Rincón, El Ingenio.

Una de las glorias de la cultura popular norteamericana es su cine, cómics y series televisivas de fantasía. Y una de sus debilidades es tomárselas demasiado en serio si no hasta por ciertas, mal que aqueja a quien sólo se alimenta de películas, series y tebeos. Víctimas de este mal pueden ser el friki de la tienda de cómics de los Simpson, Quentin Tarantino o el teniente coronel Jim Channon que, traumatizado por Vietnam, desquiciado por el hipismo y la llamada cultura New age, alelado por una mezcla muy tarantiniana de películas de artes marciales y tebeos, y definitivamente enloquecido por La guerra de las galaxias, trabajó -con el consentimiento de las más altas autoridades militares- en la creación de un nuevo soldado que mezclaba la ascética de los monjes, la moral de los samuráis, el respeto hippie a la naturaleza y el sacerdocio guerrero de los Jedi (el hombre no cayó que en España, vanguardia siempre, hacía años que los falangistas habían resucitado el ideal medieval del guerrero "mitad monje, mitad soldado"). Las armas de ese nuevo soldado-jedi serían psíquicas: sirviéndose de sus poderes mentales podrían leer el pensamiento del enemigo, hacerse invisibles, levitar, atravesar muros o matar a sus contrincantes mirándolos (o, para entrenarse, a inocentes cabras).

Los grandes comediógrafos saben desde hace muchos siglos que basta saber mirar la realidad para encontrar argumentos de comedias tan disparatadas como la imaginación jamás podría inventar. Es lo que hizo el provocador periodista Jon Ronson al convertir esta historia en el best seller Los hombres que miraban fijamente a las cabras. La historia real se convirtió en una suma de anécdotas que buscaban la divertida complicidad del lector más que su asombro o su ira al tener noticia de semejante disparate. La película ha rebajado el tono de anécdota a gansada autocomplaciente de un grupo de actores famosos que se lo han debido pasar mucho mejor haciendo la película que el público viéndola (salvo ese peculiar espectador que va al cine para hacer ostentación de su complicidad ideológica riéndose con carcajadas forzadas de cada gracia por poca idem que tenga). El problema de esta película no es el humor, que es un arma crítica letal cuando lo maneja la inteligencia. Su problema es la absoluta falta de inteligencia del guión, la realización y la interpretación que la convierte en una gansada gesticulada por unos mecachis qué guapo (o Demócrata del Hollywood progre) soy que no se han tomado el trabajo de hilvanar un guión y filmarlo decentemente. El resultado es poco más que una broma de Youtube. Raquítico resultado para tan buena historia.

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