Cultura

Un comienzo prometedor

XVIII Ciclo de Música Contemporánea. Teatro Cánovas. Fecha: 13 de enero. Programa: 'Zipangu, para orquesta de cuerdas' y 'Lonely Child, para soprano y orquesta', de Claude Vivier; 'Homenaje a Casals' y 'Steel Symphony', de Leonardo Balada. Intérpretes: Orquesta Filarmónica de Málaga. Director: Nacho Paz. Solista: Petra Hoffman (soprano). Aforo: Casi lleno.

El pasado viernes dio comienzo una nueva edición -y ya van dieciocho- del Ciclo de Música Contemporánea que organiza la Orquesta Filarmónica de Málaga. Este año, el ciclo está dedicado al compositor Leonardo Balada, una de las figuras más internacionales de nuestro panorama musical. Nacido en Barcelona, Balada ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Estados Unidos, donde actualmente ostenta la cátedra de composición de la Universidad Carnegie Mellon.

En el acto inaugural, fue presentado el estudio biográfico Leonardo Balada. Una mirada oceánica, del musicólogo Juan Francisco de Dios Hernández, cuya publicación coincide oportunamente con este homenaje. En el plano musical, el ciclo no pudo tener un mejor comienzo. Con un programa que incluía obras del canadiense Claude Vivier y el propio Balada, la OFM ofreció un excelente concierto de apertura, bajo la dirección de Nacho de Paz. La entrega absoluta de De Paz sobre la tarima y, especialmente, su expresividad -sus gestos en el aire, como si dibujara el vuelo imposible de insectos, el desplazamiento de sonoridades en bloque o la definición de los tiempos- transmiten un nuevo modo de sensibilidad musical, enigmática y sugerente a la vez, que comulga a la perfección con las creaciones de vanguardia.

Zipangu y Lonely Child, fueron una gozosa y significativa muestra del universo austero, personal y conmovedor de Claude Vivier. Y aunque los recursos técnicos de la soprano Petra Hoffmann no ocultaron una voz corta, acaso acabaron acentuando los sentimientos de abandono y desamparo de la autobiográfica Lonely Child.

El dominio de Balada de las posibilidades tímbricas y expresivas de la orquesta es, sencillamente, apabullante; tanto en su Homenaje a Casals, como en la Steel Symphony, donde las cuerdas ferrosas, las atmósferas grisáceas y los penetrantes ritmos de maquinaria industrial reflejan la incesante actividad de las acerías de Pittsburg.

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