Cultura

La cultura como ADN urbano

  • El ciclo 'Desde las dos orillas' analizó ayer los vínculos culturales de Málaga y Sevilla con Aitana Sánchez-Gijón y Luis García Montero entre los ponentes

Aitana Sánchez-Gijón y Luis García Montero, ayer, en el Ayuntamiento de Málaga.

Aitana Sánchez-Gijón y Luis García Montero, ayer, en el Ayuntamiento de Málaga. / javier albiñana

Con el objetivo de nombrar, analizar y evaluar los vínculos culturales de Sevilla y Málaga, el Ayuntamiento de la ciudad costasoleña acogió ayer la segunda edición del ciclo Desde las dos orillas. Desde el mismo mar, un proyecto de la Fundación Manuel Alcántara puesto en marcha con la colaboración de la Fundación Cajasol que, tras un primer envite el año pasado, ha consolidado en el segundo su función articuladora en lo que a tender puentes y abrir puertas se refiere. El encuentro se desarrolló a través de dos mesas redondas: en la primera, moderada por el escritor Pablo Aranda (director de las jornadas), la actriz Aitana Sánchez-Gijón y el escritor y director del Instituto Cervantes Luis García Montero debatieron sobre los indicadores más fiables a la hora de calibrar el estado de la salud cultural de las ciudades, con reveladoras conclusiones respecto a Sevilla y Málaga. En la segunda se abordó de manera mucho más directa la relación entre las dos urbes, tanto en términos de rivalidad como de competencia, compenetración estratégica y alianzas futuras, gracias a la participación de la periodista Mariló Maldonado como moderadora; el director de Diario de Sevilla, José Antonio Carrizosa; la directora del Museo Carmen Thyssen Málaga, Lourdes Moreno; y el director de ABC de Sevilla, Álvaro Ybarra. Esta segunda edición tendrá continuidad próximamente en Sevilla con un segundo encuentro en el que participarán directores de diarios malagueños, así como creadores y referentes culturales de Málaga y Sevilla.

En cuanto a los indicadores dignos de figurar en cualquier ciudad que se precie de su calidad cultural, Aitana Sánchez-Gijón admitió "la presencia de teatros, de museos y hasta de cines, aunque ya queden pocos. Pero también convendría evaluar el interés que sus actividades despiertan entre los jóvenes". Consideró la que fuera presidenta de la Academia de Cine que Málaga "se ha convertido en un modelo cultural de referencia", pero recordó que a veces las ciudades con una mayor agenda cultural "terminan convertidas en parques temáticos, sin conexión con los ciudadanos y sin capacidad para crear un tejido cultural propio", un síntoma que asoció a "situaciones en las que los vecinos son expulsados de los centros de las ciudades". En este sentido, Luis García Montero advirtió a la actriz, en presencia del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (quien había presentado la jornada poco antes junto al presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido; y el presidente de la Fundación Manuel Alcántara, Antonio Pedraza), de que "había puesto el dedo en la llaga, por lo que me cuentan algunos amigos malagueños". El poeta propuso como antídoto contra los parques temáticos la consignación de la cultura como "educación, formación de conciencia crítica e imaginación moral", para lo que abogó por la "voluntad política". Denunció que la cultura "se haya convertido en entretenimiento y ocio barato", y alabó a Málaga "por relacionar su identidad con la cultura con mayúsculas".

En la segunda mesa, el director de Diario de Sevilla, José Antonio Carrizosa, consideró que Málaga "ha sabido exportar una imagen de sí como ciudad cultural, un carro al que Sevilla no ha sabido subir a pesar de su riqueza patrimonial". Así, "Sevilla no ha acertado a construir la identidad cultural que le corresponde como gran metrópoli, mientras que Málaga, sin un patrimonio tan reconocido, sí ha forjado esta identidad gracias, entre otros aspectos, a una sociedad civil más dinámica".

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