No todos tendremos esa oportunidad. Pero los futuros familiares de David Blaustein, los que vayan naciendo, podrán recibir un DVD con la historia de su familia al completo. Es el trabajo que ha hecho el director argentino en Hacer patria, una película que ha servido para saldar cuentas familiares. A través de ella, ha reconstruido la que fue la historia de un emigrante judío que, como tantos otros, se dirigió a Argentina a trabajar.

"Un día me pregunté por qué sabía tan poco de mi propia familia y me propuse indagar en el pasado de mi padre a través de mis primos, mis abuelos, mis tías...", explicar Blaustein. Un proceso en el que conoció aspectos "fascinantes", como el nombre exacto del barco en el que su padre llegó a Buenos Aires o el día de su llegada. "Pero también que tuve un abuelo linotipista que llegó a Argentina con un contrato bajo el brazo para trabajar con la colonia judía", añade el realizador, que cuenta "la sencillez" con la que ha afrontado un rodaje en el que se convierte en entrevistador de primos, hermanos y tíos.

Blaustein se libera de las connotaciones políticas de sus dos anteriores trabajos, Cazadores de utopías (sobre el movimiento Montonero de los años setenta) y Botín de guerra, con la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo para identificar a los niños secuestrados durante la dictadura militar argentina como fondo.

"Esta vez intenté dejar a parte la etapa de la dictadura. No quería volver a ello; pero al final no me pude escapar porque es algo que ha impregnado la propia historia de mi familia y todos terminan de un modo u otro refiriéndose a ella", concluye Blaustein.

El documentalista argentino llega estos días a Málaga con la satisfacción de volver tres años después de vender su documental. Fue en 2005, en un pitching (una sesión en la que los productores hacen de tribunal y los directores defienden sus trabajos para encontrar financiación) durante el Festival de Cine de Málaga de aquel año cuando encontró apoyo para llevarla a cabo.