Cultura

"Ser deshonesto es mentir, y en la música se miente un montón"

  • La banda de metal presenta el viernes en la Sala Eventual su último disco, 'La puta y el diablo', un trabajo en el que recuperan su lado contestatario con un sonido aún más contundente

Se pusieron Hamlet porque uno de los músicos llevó una vez al ensayo el libro de Shakespeare. Por suerte no eligió como material de lectura Coños, de Juan Manuel de Prada. El grupo de metal que llegó a denunciar a Dios presenta el próximo viernes 13 en la sala Eventual su último disco, La puta y el diablo.

-Dicen que han endurecido su sonido. En otras bandas, esto sólo significa que el cantante se ha puesto otro tatuaje...

-Está claro que es así. Nunca hemos dejado de ser un grupo metalero, pero este disco es más crudo en el sentido de producciones, de cómo se ha enfocado la grabación... Esa crudeza hace que el disco parezca más agresivo, con una producción menos de estudio. A lo mejor hemos hecho canciones más largas y cada tema tiene un ambiente que hemos querido mostrar. No es sólo caña por meter caña.

-Una manera de ver en qué momento está un grupo de metal es contar el número de camisetas con su nombre que se ven por la calle. En este sentido, Hamlet nunca ha dejado de estar de moda...

-A lo mejor es porque las han heredado de sus hermanos. Llevamos muchos años y es quizás más por la brasa que hemos dado. Creo que tenemos que estar orgullosos. El otro día nos enteramos de que hemos pasado del disco de oro en tres ocasiones y nos quieren dar una placa. Lo que quiere decir es que tenemos una cifra considerable de discos vendidos. Y también de camisetas.

-¿Es receptivo el público en los directos a los temas del nuevo disco?

-Estamos muy contentos, nuestros seguidores se empapan de lo que hacemos. Los temas han encajado muy bien en el repertorio. A veces es difícil mantener la tensión en el público cuando presentas disco porque quieren escuchar los clásicos. Nosotros estamos metiendo siete de los diez canciones nuevas del disco, pero tocamos más de veinte, por lo que está muy equilibrado. Por mucho que pueda haber diferencias entre los discos, tienen un sentido y al final todo tiene más nexo de unión de lo que parece.

-¿El final de un grupo llega cuando sus miembros no son capaces de crear nuevos himnos?

-Indica falta de valentía. Es muy cómodo tirar siempre de lo mismo. Te retiras un par de años, vuelves y das lo mismo al público. Yo cuando voy a un concierto quiero escuchar los nuevos temas. De lo contrario parece que estás diciendo que lo anterior es mejor que lo que haces ahora. Y en nuestro caso creo que es al revés. Nosotros tocamos nuestras nuevas creaciones, sobre todo por satisfacción propia.

-No son ustedes andaluces, pero parece que la región es un lugar especial para el grupo. ¿Por qué?

-Molly, nuestro cantante, tiene una casa en Granada. Vamos mucho y tenemos multitud de amigos. Tenemos una gran relación con Andalucía y es un placer venir dentro de lo mal que está el tema de los conciertos. A la gente se le mete la palabra crisis en la cabeza y afecta a todo. Pero hay que seguir con los directos para que la música no desaparezca.

-Precisamente Molly, el líder de su grupo, tiene una relación sentimental con una reportera que siempre aparece en los primeros puestos del ranking de mujeres más deseadas. En Ajoblanco le recriminaron en una ocasión a Ray Loriga su relación con Cristina Rosenvinge. Decían: "Ray, te odio. Escribes los libros que nunca podré hacer, llevas la moto de mis sueños y, además, duermes con mi chica". ¿Odian a su compañero?

-Sí, sí. A él le ha venido de improviso y le cuesta llevar esas cosas. Si eres el cantante de un grupo conocido y tu relación personal es la que es... Pero hay gente que esos odios se los toma de verdad, se los toma demasiado a pecho. Pero es una persona corriente aunque haya personas que lo puedan ver de manera diferente.

-¿De qué letra se sienten especialmente orgullosos?

-Me gusta El hábil reino del descontento. Hemos recuperado un punto contestatario que habíamos abandonado un poco porque te cansas de hacer lo mismo. Pero hemos vuelto con un punto de rebeldía y ya sólo el título es significativo del momento en el que estamos.

-¿Qué es dar caña?

-Nosotros intentamos que sea algo positivo. A mí me gusta más la palabra intensidad pero sin desmadrarse. Me gustan los grupos intensos, aunque a veces se confunde la agresividad con la caña.

-¿Y qué significa ser deshonesto en la música?

-Es hacer lo que no quieres. Eso lo he visto mucho. Luego hay gente que dice que has hecho un disco deshonesto porque es más tranquilo, algo que se da mucho en el metal. Pero a veces es más arriesgado esto que no cambiar y seguir haciendo lo que sabes que es un éxito de antemano. Ser deshonesto es mentir y en la música se miente un montón, con gente que sólo está pendiente de vender discos y vivir en su nube. Eso no nos interesa.

-¿Es La puta y el diablo el disco que necesitaba ahora su carrera?

-Es quizás el disco más importante que hemos hecho. Ha habido un cambio de discográfica y tenemos gente nueva en el grupo, algo poco habitual en nosotros. Creo que nos hemos superado. Lo que buscamos es que el grupo sobreviva.

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