Cultura

Los editores andaluces se reúnen hoy con el director de Industrias Culturales

  • En su primera toma de contacto con Andrés Luque, el sector evaluará las medidas paliativas tras el fin de las ayudas autonómicas a la producción · Algunos sellos aventuran un descenso del consumo del 20%

Medio año después del incendio que supuso la supresión de las ayudas de la Consejería de Cultura a la producción editorial, y pasados tres meses desde el nombramiento de Andrés Luque como director general de Innovación e Industrias Culturales de la Junta, las dos partes se reúnen hoy en la que será su primera toma de contacto. Según fuentes de la Asociación de Editores de Andalucía (AEA), el encuentro se celebrará en Sevilla y se ha convocado para que Luque -que fue delegado de Innovación en Córdoba y presidente del Parque Tecnológico Rabanales XXI- exponga sus principales líneas de actuación.

Los representantes de los editores, que ya mantuvieron la semana pasada una charla con el consejero, Paulino Plata, se muestran cautos. Y es que la polémica vivida a comienzos de año molestó tanto a Cultura, donde la reacción de los primeros pareció desmedida, como a la AEA, ya que la supresión de esas ayudas supuso la pérdida de una inyección global, entre todas las empresas que las recibían, de un millón de euros en el ejercicio 2009.

Lejos de ser coyuntural, la medida se reveló como la primera de un giro político más profundo con el que la Junta de Andalucía quiere impulsar un nuevo modelo empresarial en el sector. "La cultura de la subvención por la subvención se ha acabado", advirtieron con claridad desde la Consejería el pasado mes de enero. La apuesta de la directora general del Libro consiste en sustituir esas ayudas públicas por préstamos reintegrables, lo que generaría, según afirmó en aquel momento Rafaela Valenzuela, "un cambio de mentalidad, un salto cualitativo en el tejido empresarial".

Todas estas cuestiones estarán hoy sobre la mesa. Y junto a ellas, otras como la evaluación de las medidas "paliativas" que adoptó la Consejería para amortiguar el impacto de una cancelación que los editores consideraron una "barbaridad", por "precipitada" y por haber llegado "sin previo aviso". "El problema no es que no se convoquen las ayudas, sino que el procedimiento ha sido inadecuado. Las empresas tenemos nuestros planes de negocios, y con eso no puede jugarse de un mes para otro", declaró a este periódico un editor.

El anuncio de la supresión de las ayudas (en realidad una compra directa de libros a las empresas) se produjo sólo un mes antes de la fecha en que venían siendo convocadas. El nerviosismo cundió en un sector sumido en la incertidumbre no sólo por la crisis, sino también por la irrupción de la tecnología digital. Algunos editores manejan estudios comerciales que aventuraban para este año un descenso del consumo en este sector de entre el 15 y el 20%.

Las compensaciones aprobadas por la Consejería de Cultura consistían en 125.000 euros para apoyar la presencia de sellos andaluces en ferias y eventos internacionales; un fondo de entre 300.000 y 400.000 euros para comprar directamente a las editoriales las novedades que éstas le ofrecieran; y de manera más tangencial otras dos vías: un fondo de un millón de euros (el Ministerio aporta otro) para la renovación de los fondos de la red de bibliotecas públicas (son éstas las que deciden qué libros compran) y la posibilidad de que las editoriales pidan préstamos reintegrables, con condiciones menos severas que las de los bancos.

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