Cultura

La ejecutora de la museografía de la Aduana no garantiza la apertura este año

  • El estudio Empty ha empezado ya a trabajar en el edificio para materializar el proyecto de Frade Arquitectos, pero la imposibilidad de disponer de las obras hace peligrar los plazos

En septiembre del año pasado, una vez cerrado el procedimiento del pertinente concurso público, el Ministerio de Cultura hizo pública la adjudicación al estudio Empty de la ejecución del proyecto museográfico del Museo de Málaga, que exhibirá en el Palacio de la Aduana los fondos del Museo de Bellas Artes y el Museo Arqueológico. El contrato para la materialización del proyecto firmado por Frade Arquitectos se cerró con un presupuesto de 3.598.616 euros y un plazo de ejecución de quince meses a favor de Empty, lo que se traducía en no pocas garantías para el museo malagueño: la empresa, fundada en 1992 y con una notoria proyección internacional en lo que a museografía se refiere, ha dado cuenta de su talento en sus trabajos para la ampliación del Museo Arqueológico Nacional, el Museo de la Evolución Humana en Burgos, el área expositiva del palacio de Madinat al-Zahra en Córdoba y el pabellón español en la Expo de Shangai, entre otros equipamientos. Fuentes del estudio confirmaron ayer a este periódico que sus técnicos ya están trabajando en la Aduana para la ejecución del proyecto museográfico, pero respecto al plazo para el final de su tarea se mostraron prudentes: aseguraron que la empresa "tiene la intención" de que el Museo de Málaga esté listo para fin de año, tal y como en su momento fijó el propio ministro de Cultura, José Ignacio Wert (quien se refirió, en concreto, al "segundo semestre de 2015"); pero no confirmaron que realmente vaya a ser así. Más aún, las fuentes se mostraron especialmente explícitas al dar a entender que todavía, a estas alturas, no se puede dar la inauguración este año como garantizada.

La posibilidad de que haya que esperar a 2016 para inaugurar el Museo de Málaga no es responsabilidad exclusiva de los técnicos de Empty, ni mucho menos. La adjudicación en septiembre de 2014 para la ejecución museográfica con un plazo de quince meses (hasta diciembre de 2015) ya permitía intuir que la frontera que señalaba el fin de año iba a agotarse in extremis. Pero es que a Empty le sigue faltando el elemento más imprescindible para hacer su trabajo: las obras de arte y las piezas arqueológicas. Y las mismas fuentes consultadas no ocultaron su preocupación por que la disponibilidad de las mismas se produzca demasiado tarde.

Esta preocupación tiene motivos fundados. Tal y como informó entonces Málaga Hoy, la Junta de Andalucía, responsable de la conservación de los fondos y futura depositaria de la gestión del museo, convocó el pasado marzo un concurso público a través del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico para la restauración de 94 obras del Museo de Bellas Artes (entre ellas, algunas de las más representativas), con un presupuesto de licitación de 245.000 euros y un plazo de ejecución de siete meses. Tras el estudio de las propuestas presentadas, la Junta hizo pública el pasado 12 de mayo la adjudicación de la restauración a la empresa Arte Conservación y Restauración, SL, por ser la suya la "oferta económicamente más ventajosa". Con siete meses de trabajo por delante, la empresa adjudicataria tiene hasta noviembre para culminar sus trabajos, lo que añade más apuro a una hipotética inauguración en diciembre. Cabe recordar que el mismo Ministerio de Cultura ha expresado en varias ocasiones, especialmente a través del secretario de Estado en la materia, José María Lassalle, la posibilidad de que el Museo de Málaga se inaugure de manera parcial y en varios plazos. A tenor de los tiempos que actualmente se barajan, y de la titánica tarea que queda pendiente, ya no resulta extraño pensar que el Gobierno se incline por esta opción si decide mantener su empeño de entregar el edificio a la Junta de Andalucía listo para su gestión antes de fin de año. Y tampoco conviene perder de vista la convocatoria de elecciones generales prevista para noviembre: un retraso excesivo en los plazos significaría la entrada en juego de personas distintas (y, por tanto, de posibles modificaciones en las decisiones) en el plano político, especialmente si la Moncloa cambia de inquilino.

La misión encomendada al estudio Empty no es precisamente fácil ni de rápida resolución: la empresa tendrá que distribuir más de 2.500 obras de arte y más de 15.000 piezas arqueológicas en una superficie de casi 15.000 metros cuadrados a partir del diseño de Frade Arquitectos. También conviene recordar que el Gobierno ha pedido en numerosas ocasiones la colaboración de la Junta de Andalucía en la ejecución del proyecto museográfico, algo a lo que la Consejería de Cultura, con su titular Luciano Alonso a la cabeza, se ha negado en redondo aduciendo que la única responsabilidad del Gobierno autónomo antes de la recepción del museo pasa por la conservación y restauración de sus fondos. Pero parece que también en este menester llega tarde la Consejería, incluso externalizando (con el consiguiente gasto público) la función que corresponde al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. También el alcalde, Francisco de la Torre, reclamó a la Junta la gestión de la Aduana, un extremo aún más improbable. Con todos los agentes políticos en funciones, el tiempo corre ya en contra. A cruzar los dedos.

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