Dolores redondo

"Cuando empecé a escribir estas novelas, no tenía ni editorial"

  • La escritora cierra con 'Ofrenda a la tormenta' (Destino) su exitosa 'Trilogía de Baztán', que será adaptada al cine por la productora de 'Millennium'

-En la trilogía de Baztán, que termina con Ofrenda a la tormenta, parece que todo el entramado esté sujeto por mujeres.

-Tenía que ser así, porque es una de las tres patas de la historia: por un lado, está la trama policial: por otro, la mitología; y la tercera es el tipo de familia matriarcal. En mi misma familia era así: todos los hombres eran marinos, así que las mujeres estaban solas. Es un modelo de mujer fuerte, en un modo de vida en el que era fundamental el apoyo familiar, pero que no se ha constituido así por gusto, sino por obligación. Un tipo de familia que era muy común también en la tradición emigrante, cuando los hombres se iban a hacer las Américas y ellas se quedaban años con los hijos, los ganados, el caserío... Ellas administraban, entraban, salían y hacían lo que tenían que hacer.

-La importancia de los elementos mitológicos es tal que, de hecho, cada novela se inspira en una figura del folklore.

-Los elementos mitológicos paganos que escojo formaron parte de la religión de esta zona, que es preciosa, basada toda en elementos naturales que son muy fáciles de entender cuando estás aquí. En los libros realizo una comparación entre el supuesto comportamiento de la criatura mitológica y el modus operandi del asesino. En El guardián invisible aparece la figura del basajaun, que no es maléfico sino una especie de guardián del equilibrio del bosque. En Legado en los huesos, tenemos al tartalo, una criatura maléfica y bestial, caníbal, que devora a la gente viva. Y aquí aparece el inguma, un demonio del sueño que también está presente en otras culturas, y al que se le achacan las dificultades respiratorias durante el sueño. Quería que fuese el lector el que valorase hasta qué punto las creencias pueden ser poderosas. De hecho, en la trilogía aparecen momentos tan fantásticos que podrían ser clasificados dentro de literatura fantástica, y bueno, es cierto que las novelas son un poco mestizas. Pero quería que el lector se diera cuenta de lo real, del peso de las creencias cuando son sacadas de quicio y llevadas al extremo de pasar por encima de la vida humana. No es algo lejano, como hemos visto recientemente con el caso de una secta gallega...

-Es sorprendente ver que el inicio de la trilogía era, realmente, el final. Y aún más perturbador es el caso en el que se inspira.

-Todos los expertos en conducta sostienen que la experiencia más difícil de superar para un ser humano, más que la tortura o la reclusión, por ejemplo, es la consciencia de no haber sido amado o atendido en la infancia. Aún peor, por supuesto, si te han intentado dañar, y si lo ha hecho -como en el caso de la inspectora Amaia-, alguien que se supone que tenía que velar por ti. Las consecuencias de lo que sufría Amaia provenían de algo que había experimentado en la infancia. En la segunda entrega ya tenemos más información de lo que pasó y aquí, finalmente, digamos que el iceberg se da la vuelta y podemos contemplar toda la pieza de hielo. Y el caso real que me despertó toda la trama aún está abierto. Puedes encontrarlo si lo buscas en Google, en una nota de ABC.

-Incluyendo la madre monstruosa, hay en estas historias una atmósfera de cuentos clásicos en su versión primigenia y oscura. Algo que funcionaba para alertarnos ante lo oscuro del mundo, y que en el mundo actual encontramos, creo, en la novela negra...

-Es casi inevitable la influencia de los Grimm. Creo que siempre tenemos esa sensación de la tierra incógnita, de lo que hay acechando detrás del árbol, de la cueva, la oscuridad... Esto obedece a un mecanismo de defensa: ahora vivimos en una sociedad de confort, pero era algo natural cuando teníamos que atravesar los bosques todos los días. A veces ocurre que se nos disparan alarmas ante situaciones peligrosas, lo llamamos sexto sentido, percepción... pero no deja de ser información universal que obtenemos y que nos habla del olor en el aire, de algo peligroso, que nos dice si alguien está dolorido o enfermo, si nos rechaza... Cosas que sabíamos, y que han pervivido, de cuando éramos cazadores y presas. Sabemos que hay lobos entre los corderos, y las alarman saltan. En los primeros cuentos que se escribían ya se hablaba de esta percepción dormida que aprendes a poner en su justa medida, y que a veces se dispara por exceso, como en el estrés postraumático. En los Grimm, por ejemplo, ves que todos los protagonistas pecan de incautos. Los malos siempre son mucho más inteligentes, tienen unas técnicas de engaño mucho más rebuscadas.

-De hecho, en la historia se va vindicando, poco a poco, la validez de la intuición, de lo que no puede explicarse.

-La intuición computa elementos que de momento son desconocidos, inexplicables. En este sentido, uno de las cosas más terribles, de la que parte Ofrenda a la tormenta, es la muerte mientras duerme de un bebé sano, las muertes de cuna. Y, de hecho, es la explicación que se da cuando todo lo demás se ha descartado, pero aún no está claro lo que la causa, sigue siendo un tema muy misterioso. Amaia Salazar se ve abocada a cruzarse con este tipo de realidades inexplicables. Está además su tía, que tira mucho hacia esa parte más espiritual, y el investigador que la asesora, que le dice que hay todo un lenguaje que tiene que ver con cosas intangibles que hay que tener en cuenta en toda investigación, siempre unido a las pruebas y el análisis concreto de los hechos.

-En la lista de agradecimientos, incluye la colaboración de la Policía... ¿no la miraban raro?

-Lo cierto es que siempre fueron muy amables, aunque al primero que me mandaron fue al que llevaba las relaciones con la prensa. Luego, cuando salió la primera novela, quedaron tan satisfechos que... ¡me condecoraron! Tengo una medalla honorífica por la imagen que he dado de la Policía.

-En el desarrollo del perfil psicológico de las tres hermanas, con un pasado y circunstancias como los que tienen cada una, ¿pidió también asesoramiento?

-Son tres mujeres diferentes, pero todas tienen mucha personalidad, incluso la que parece más débil. Son mujeres reales, como las que yo he conocido, que salen de situaciones terribles. Igual es esa una de las cosas que más me gusta de Amaia: no quería dibujar a una súper detective de vuelta de todo, sino con sus dudas. Dudar cada día es algo propio de las mujeres reales y, sin embargo, salen todos los días, porque hay que intentarlo de nuevo y seguir adelante. Amaia siente un compromiso especial con todas las víctimas que surge de su propia circunstancia. Y bueno, respecto a la información... digamos que tenía de sobra. Yo no he sido una niña maltratada, pero mi familia sufrió diversos duelos de personas jóvenes, de gente a la que no le tocaba. Con lo cual, mi familia quedó marcada durante muchos años por la muerte y el duelo. Cualquier celebración, por ejemplo, estaba marcada continuamente por los que no estaban. Algunos lo llevaron mejor pero la mayoría, muy mal, y a mí me tocó desde muy pequeña ver cómo es el duelo y crecer en una casa de luto permanente.

-Ofrenda a la tormenta cierra la trilogía de Baztán pero no el discurrir de la inspectora Amaia Salazar... ¿Creyó que daría para tanto recorrido?

-Pues la verdad es que no porque, entre otras cosas, cuando empecé a escribir no tenía ni editorial. Pensaba que quizá sucedería algo parecido a lo que pasó con el trabajo anterior, que hice con una editorial pequeña, y no tuvo suerte. Al menos, aquí ya sabía lo que no tenía que hacer, y decidí llamar a un agente que llevó la novela a la Feria de Frankfurt y la movió bien, y fue allí donde empezó a ver la luz.

-Al recorrido de las novelas, presentes en 32 países, se une su adaptación al cine. El sueño de muchos...

-Y la pesadilla. Lo cierto es que la productora que ha adquirido los derechos, Nadcon, es la misma que adaptó la saga de Millennium europea y a Mankel, y he de decir que lo hacen muy bien y son bastante fieles de la obra original, aunque nunca sea el mismo idioma. Vinieron a Elizondo y me dijeron que rodarían allí, lo que de partida es una ventaja tremenda.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios